Quisiera hablarte de hermosas fábulas, de pensamientos luminosos, de jornadas soñadas, de flores, vientos, caricias, ternuras, gracias, secretos; pero en la boca me nacen palabras de fuego. Como llamas silenciosas me abrasan por dentro.
Debiera decirte «amor», «fantasía», «sueño».
Yo sólo pregunto cómo fue posible aquello. Seguiría, paso a paso, la huella de tu andar. Dentro de tu vida escondería la vida que muero.
«No quiero que pienses». Yo digo que no pienso en ello. (Cómo podría olvidarlo sin haberme muerto.)