Es necesario poseer una fe inabalable. Pues, donde que haya duda, existirá la vacilación Y, nuestros pies no se apoyarán en el suelo.
La fe vacilante, nos lleva la incertidumbre y la hesitación. La fe robusta nos confiere la perseverancia y la confianza para que sigamos hasta Dios sin ninguna tibieza.
Poseemos la intuición dote Divino —, para en los guiar. Sin embargo, poseemos la inteligencia para desarrollar calidades y alcanzar los objetivos sin el temor
Donde que haya indecisión existirá el sufrimiento. Y fe es conocimiento por eso, debemos crecer en sabiduría y comprensión Sólo así su ministraremos salud para nuestro corazón
Para confiar en Dios tenemos que creer en nosotros y tenemos que desarrollar nuestra capacidad de pensar y actuar para que podamos con seguridad discernir.
La fuente de la fuerza está en nuestra fe Y es esa la potencia que mueve las montañas de dificultad, sin mañanas fomentando la felicidad fluyendo la vida naturalmente sin el afecto de la receolosidad
Meditemos sobre este asunto, pues Dios necesita de nosotros, para su valorización pero es necesario que estemos siguiendo con fe y buena disposición.