LAVANDA: AROMÁTICO ALIVIO CONTRA ANSIEDAD
Benjamín Henríquez
El extracto de esta planta se ha empleado a lo largo de la historia con fines cosméticos o medicinales, y en la actualidad se cultiva en todo el mundo porque ha demostrado su efecto positivo como tranquilizante en aromaterapia.
Perteneciente a la familia de las labiadas y originaria de los países que bordean el Mar Mediterráneo, la lavanda (Lavandula angustifolia) es pequeño arbusto siempre verde, gracias a que sus hojas tienen tonalidad gris-verdosa; en la parte superior de los tallos crecen florecillas de color púrpura y su característico aroma se origina en las brillantes glándulas que contienen y producen aceite, a partir del cual se obtiene un líquido amarillo o sin color.
El uso de esta planta con fines fitoterapéuticos es muy antiguo, pues ya los romanos la empleaban en sus tradicionales baños; de hecho, su nombre proviene del latín lavare, que significa lavar. En 1920 ocurrió sorprendente casualidad cuando el químico francés Maurice Gattefosse se quemó la mano y, al tener cerca sólo un recipiente con aceite de lavanda, la metió ahí.
Tanto dolor como irritación con rapidez y el científico declaró que los síntomas habían desaparecido sin dejar cicatriz; así, hoy se le usa para tratar quemaduras menores, como las solares.
Asimismo, cierto estudio realizado en mujeres que habían dado a luz recientemente demostró que sentían alivio en la zona perineal (entre la vagina y el recto), luego de que añadieron dicho aceite al bañarse.
Por otra parte, cuando alguna persona ha padecido el piquete o mordedura de algún insecto, aplicarle en la superficie del área afectada (tópicamente) reduce las molestias, que se deben a ciertas sustancias que inoculan los animales, pero cuando éstas son muy tóxicas (nocivas para el organismo) la lavanda no resulta efectiva, por lo cual es necesario acudir al médico o dermatólogo para recibir tratamiento especial.
Por si fuera poco, algunos estudios muestran que el alcohol perílico que se obtiene de esta planta, pudiera ser beneficioso en el tratamiento de algunos tipos de cáncer, como el del páncreas, de mama e intestinal. Hasta el momento, los resultado han sugieren seguridad y tolerancia a este tratamiento, pero no se ha establecido completamente su eficacia.
Aromática tranquilidad
La razón por la que los romanos utilizaron esta planta en el baño se encuentra en su propiedad como relajante muscular; por ello, para descansar tras agotadora jornada de trabajo o luego de practicar ejercicio intenso conviene añadir al baño de tina un poco de aceite de lavanda.
Cierto experimento en ratones de laboratorio sobreexcitados tras consumir grandes dosis de cafeína demostró que se tranquilizaron al aspirar fragancia de lavanda impregnada en su jaula. En tanto, otro estudio demostró que adultos mayores, cuyas habitaciones se rociaron con el aroma de esta planta, pudieron dormir plácidamente.
También algunos pacientes que sufrían estrés y se encontraban en cierta unidad de cuidados intensivos se tranquilizaron cuando se les aplicó aromaterapia a base de lavanda. Pero, si bien esa fragancia “calma los nervios”, debemos tener en cuenta que sólo es auxiliar, y que utilizarla no quiere decir que se pueden ignorar los consejos del médico en caso de sufrir tensión emocional grave.
Otro aspecto interesante en la participación de la lavanda en problemas de erección, ya que incrementa el flujo sanguíneo en el pene y, además, al parecer el aroma disminuye el nivel de ansiedad, uno de los factores que provocan problemas de impotencia. Aspirar esta fragancia puede propiciar que el hombre se relaje antes del encuentro sexual y así esté más dispuesto para llevarlo a cabo pero, claro, esta no es respuesta “mágica” al trastorno, pues es necesario cambiar hábitos —como dejar de fumar o practicar ejercicio— y acudir al urólogo.
Ciertos problemas de la piel encuentran alivio al aplicar esta esencia, como:
- Psoriasis. Se caracteriza por la aparición de placas abultadas de intenso color rosa cubiertas de escamas blancas que causan picor o ulceraciones.
- Eccema. Inflamación de la piel que produce comezón, enrojecimiento, descamación y diminutas ampollas.
Asimismo, algunos ensayos a pequeña escala han mostrado evidencias de que aquellos pacientes que masajean su cuero cabelludo diariamente con aceites esenciales de tomillo, romero, cedro y lavanda padecen menor pérdida de cabello (alopecia) que quienes no emplean dicha combinación. Sin embargo, es necesario realizar mayores investigaciones antes de poder emitir un juicio definitivo.
El uso de lavanda es común en perfumería, y para conseguirla sólo hay que ir a cualquier centro comercial y elegir la presentación preferida, pues cabe señalar que los aceites perfumados de sus flores son utilizados en la elaboración de cosméticos, fragancias, desodorantes, velas, jaleas, aceites para masajes, shampoos y jabones.
Empero, cuando se requiere con fines fitoterapéuticos, es necesario acudir a algún médico especializado en este campo para recibir la orientación necesaria, de modo que el uso de aceite de esta planta beneficie al usuario, y sepa cuándo no se aconseja su empleo (por ejemplo, en mujeres con peligro de abortar).
Por último, se recomienda consumir productos elaborados por laboratorios de reconocido prestigio, lo que asegura su calidad. Asimismo, no se debe olvidar que aquellas personas que manifiesten alergia a esta planta pueden experimentar irritación al contacto con la piel, por lo que deben evitarla en cualquiera de sus formas.