Con frecuencia, tiramos la espiritualidad por la ventana
cuando entramos en una discusión,
caemos en una crisis o pasamos por una etapa de calma.
La oscuridad se apodera de nosotros demasiado rápido
y olvidamos lo que hemos aprendido.
Es por ello que es bueno estudiar cada día, leer una parábola,
memorizar una cita o ver unos cuantos minutos de una clase,
para recordar lo que es importante realmente.
Hoy, dale a tu mente algo de alimento,
para que no se alimente de sí misma
Yehuda Berg
|