LO QUE MATA EL ALMA Llevando un sentimiento arraigado, al bordar de ternura la vida, las manchas negras marcan lo brindado, en un arrebato de piel y almíbar. Y sangró la herida profusamente, acorralando a la felicidad perdida, se acabó el calor desgraciadamente, enfriando con amarguras la dicha que había. Y así en los caminos yertos sin colores, el verde palidece ante la herida roja, llama la atención un corazón sin amores, muere el alma por la pena que la vida arroja. Silentes encuentros desabridos sin fe, acurrucando dolores en el fondo del abrigo, cubriendo sólo de oscuridad donde sé, que la luz no entrará, sino llega contigo. Lo que mata el alma acude prontamente, lo que le devuelve vida tarda en aparecer, pero el alma muerta va callada solamente, esperando algún día con amor renacer. Y tú mataste mi alma que envuelta entregué, lesionando el sentimiento con el engaño cruel, este desencuentro jamás te lo perdonaré, en esta vida donde tu amor mató alma y piel. |