Me deleito en los gozos sencillos del mundo de Dios.
Aveces estoy tan absorto por las exigencias de la vida diaria que me pierdo del gozo de pasar tiempo con mis seres queridos. Mas sé que puedo sentir gozo en un instante al observar la vida a mi alrededor y en mí. Siento gozo cuando mis seres queridos y yo hacemos algo fuera de lo ordinario, como disfrutar de un picnic o hacer un paseo a un lugar hermoso.
También resuelvo sentirme espiritualmente animado al cumplir con los quehaceres cotidianos. Aprovecho la oportunidad en cualquier momento del día para apreciar a las personas en mi vida y las actividades que compartimos. Acojo con agradecimiento el gozo que la vida me ofrece y las bendiciones inesperadas que vienen a mí.
¡Alégrese el corazón de los que buscan a Jehová! —1 Crónicas 16:10