13 ¡Oye, corazón mío, los suspiros del mundo, que está queriendo amarte!
14 El misterio de la vida es tan grande como la sombra en la noche.
La ilusión de la sabiduría es como
la niebla del amanecer.
15 No te dejes tu amor sobre el precipicio.
16 Me he sentado, esta mañana, en mi balcón,
para ver el mundo.
Y él, caminante, se detiene un punto,
me saluda y se va.
17 Menudos pensamientos míos, ¡con qué rumor
de hojas suspiráis vuestra alegría en mi imaginación!
18 Tú no ves lo que eres, sino su sombra.
19 ¡Qué necios estos deseos míos,
Señor, que están turbando con sus gritos sus canciones!
¡Haz Tú que solo sepa yo escuchar!
20 No soy yo quien escoge lo mejor, que ello me escoge a mí.
21 Si me está negado el amor, ¿por qué, entonces, amanece; ¿por qué susurra el viento del sur entre las hojas recién nacidas? Si me está negado el amor, ¿por qué, entonces, la medianoche entristece con nostálgico silencio a las estrellas?
22 Sé que esta vida, aunque no madure el amor, no está perdida del todo.
23 ¡No sea yo tan cobarde, Señor, que quiera tu misericordia en mi triunfo, sino tu mano apretada en mi fracaso! Pájaros Perdidos de Rabindranath Tagore
Siento ausencia de tus ojos de la mirada que me cautiva y apasiona, siento el dolor que me infunde la negativa idea que no te veré hoy.
Es un dolor que sobrepasa lo imaginable, es como una catapulta que te lanza y no hay red de seguridad donde caer es un salto sin retorno.
Pienso en los días que faltan y se hacen una eternidad pienso en las flores que dejaré de oler sin el paso de tu aroma al caminar.
Digiero mis versos en un grito de lamento porque no te veré más y mi alma queda reducida dentro de mi creo que es un camino sin retorno.
Te quiero ver, pero no puedo sentirte quiero mas no sucederá, ¿Hasta cuándo? Puede ser tu partida irreparable pues quizá nunca más te vaya a recuperar.
Siento la ausencia de tu mirada sobre mi y mi corazón se muere porque ciego está y si no te siento todo mi ser en un grito de dolor ante tu ausencia sucumbirá