|
LA SOMBRA
De algún modo soy tu cuerpo, Me designo en él, me quema En la mentira útil como un remo, En la desgracia y la amorosa lucha Abriendo los huecos de su máscara. Pero no me lo permitas, No me dejes ser sólo tu cuerpo. De algún modo soy tu cuerpo, Cuando la rica, inexplicable sangre, Transcurre en medio de representaciones. Y lo seré hasta que cenizas Acaricien tu prestada, última parcela. Pero no me lo permitas, No me dejes ser sólo tu cuerpo. De algún modo soy tu cuerpo, La opresión que difunde me sostiene, Y no en otro descienden las palabras, Urde la disculpa el vejado sermón Por nuestras pasadas facciones. Pero no me lo permitas, No me dejes ser sólo tu cuerpo. De algún modo soy tu cuerpo Y si en atención a su dañina mengua Me cuido bien de mirarlo como esencia, ¿Con qué prodigio, incisivo milagro, Percibiré tu pasión cuando lo excluya? Pero no me lo permitas, No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De "Obra poética IV"
|
|
|
|
|
|
|