Y digo
Hoy dejo que mi vida se ahogue lentamente sumergida en tus ojos de sed y abrevadero, y así como las nubes se enlazan al poniente, yo digo que te quiero...
Hojas de otoño y niebla palpitan en tu frente, presagiando tormentas de amor y ventisquero, y mientras duerme el agua mecida por la fuente, yo digo que te quiero...
Respiro el aire frío de aguja transparente —diciembre se ha mojado con lágrimas de acero—, y mientras tañe el río su plata de serpiente, aún digo que te quiero...
Podrá la tarde triste llevarme en su corriente hacia la noche inmensa e insomne del lucero, pero aunque sólo sea un sueño, solamente, aún digo que te quiero...
Rebrotas en mis ojos cuajado, permanente, como brotan las hierbas de marzo en el estero, y a pesar del vacío de tus manos de ausente, yo digo que te quiero...
Se me ha llenado el alma de rosas, de repente, y corazones pintan de rojos el sendero: he llegado a tu orilla para cruzar el puente y decirte... te quiero.
d/a
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