
◘ Navidad ◘ ( adapt.)
Slepstov regresó del cementeriocaminando a través de las nieves que lo empañaban todo y , al llegar a su mansión campestre, se refugió en un rincón con un leve sentimiento de desencanto, como si allí, en el cementerio, hubiera estado más alejado de su hijo que aquí, donde las innumerables huellas veraniegas de sussandalias rápidas hubieran quedado preservadas intactas bajo la nieve.
Abrumado con una especie de ataque agudo de tristeza intensa, fue hasta la habitación que había constituido el estudio de su hijo en el verano, apoyó la lámpara en el alféizar de la ventana y, rompiéndose las uñas al hacerlo, abrió las contraventanas a pesar de que afuera todo era oscuridad. Se sentó junto a la mesa vacía y , adusto, con el ceño fruncido, examinó el escritorio, estrecho, como de oficina, con cajones de arriba a abajo, el sillón y las butacas bajo sus fundas ; y de repente, dejando caer la cabeza sobre la mesa, empezó a temblar, apoyando primero sus labios, y luego sus mejillas mojadas contra la madera fría y polvorienta, y se aferró entre convulsiones a las esquinas distantes de la mesa.
En la mesa encontró un cuaderno, unas planchas donde clavar mariposas,chinchetas negras y una caja de galletas inglesas que contenía un gran gusano de seda bastante exótico que había costado tres rublos. Al tacto tenía la consistencia del papel y parecia que estaba hecho de hojas pardas dobladas. Su hijo lo había recordado en su enfermedad, lamentándose de no habérselo llevado consigo, pero consolándose pensando que la crisálida que albergaba estaba probablemente muerta. También encontró una red desgarrada, que todavía olía a verano. Luego, sin dejar de llorar , empezó a sacar uno a uno los cajones del escritorio. A la débil luz del quinqué , los archivos bajo cristal brillaban como si fueran de seda. Había luna y la noche estaba azul como con humo. En la habitadión aneja , la tapizada y calentada, Ivan había colocado un abedul en un macetero de barro sobre la mesa, y estaba poniendo una vela en la cruz de su rama superior. Cuando Sleptsov llegó allí con los ojos enrojecidos y una caja bajo el brazo, al ver el árbol de Navidad sobre la mesa, preguntó : ¿ Qué es eso? Iván respondió con voz enternecida
- Mañana es fiesta
-No, llévese eso- dijo Slepstov frunciendo el ceño mientras pensaba, "¿Será posible que sea Navidad? cómo puedo haberme olvidado". - Por favor lléveselo -repitió y se inclinó sobre la caja que había traído consigo. En ella atesoraba las posesiones de su hijo, la red para cazar mariposas, la lata con el capullo de seda, la tabla donde clavaba las mariposas, los alfileres en su caja de laca, el cuaderno azul... La primera página estaba desgarrada y rota por la mitad. En ella había entradas y anotaciones cotidianas, nombres de mariposas que había capturado y otras notas:
"Hoy he caminado por el pantano hasta llegar a Borovichi.."
"Hoy ha estado lloviendo . He jugado al ajedrez con mi padre."
"Un día de calor maravilloso , he dado un paseo en bicicleta y se me ha metido una mosca en el ojo".
"He pasado deliberadamente ante su casa, pero no la he visto."
Slepstov levantó el rostro , y se tragó algo enorme y también caliente .¿Quien era aquella mujer a la que se refería su hijo?
- Nunca me dijo nada- Intentó recordar, frotándose la frente con la palma de la mano
"Como siempre, he dado mi paseo en bicicleta . Casi nos cruzamos con la mirada. Mi amor, mi amada..."
"Ha llegado el otoño. Probablemente se haya ido ya, y ni siquiera nos hemos conocido. Adiós , mi amor. Me siento tremendamente triste..."
-Ya no puedo aguantar más- se arrastraba su voz entre gemidos, sin dejar de repetir cada vez más despacio- ya ...no .. puedo... aguantar... más. Mañana es Navidad y yome voy a morir de dolor. Sacó un pañuelo y se secó los ojos, la barba, las mejillas. El reloj dio la hora. El cuaderno abierto brillaba sobre la mesa, junto a él la gasa del cazamariposas relucía en la esquina de la lata abierta.
En ese preciso momento se oyó un chasquido- un ruído débil como el de una goma que se estira hasta romperse. Sleptsov abrió los ojos. El gusano de seda en su lata de galletas habia estallado, y una criatura negra y toda arrugada, del tamaño de un ratón, reptaba por la pared de encima de la mesa. Se detuvo asida a la superficie con sus seis patas velludas, y empezó a palpitar de forma extraña . Había surgido de su crisálida debido a que un hombre, vencido por el dolor, había llevado la lata hasta su habitación caldeada, y el calor había penetrado en su envoltura rígida de hojas de seda; habia esperado aquel momento durante tanto tiempo... había reunido toda su fuerza con tal furor, que ahora , habiendo conseguido surgir a la vida, no hacía sino desparramarse lenta y milagrosamente. Poco a poco los tejidos arrugados, las extremidades de terciopelo se fueron desplegando. Imperceptiblemente se convirtió en una cosa alada, que no dejaba de crecer. Allí en la pared, en lugar de un terrón minúsculo de vida, en lugar de un ratón oscuro, lo que había era una enormemariposa Attacus.
Y entonces, aquellas poderosas alas negras, respiraron a fondo bajo el impulso de una felicidad tierna, devastadora ; casi humana
Vladimir Nabokov

|