Libero y dejo ir, aprovecho al máximo el momento presente.
Al reflexionar acerca de los acontecimientos del año pasado, puedo evaluar los éxitos y fracasos, las ganancias y pérdidas. Cada suceso me ha enseñado algo y me ha hecho más sabio. De manera que libero el pasado con gratitud.
Al contemplar el año venidero, bien sea que sienta emoción o aprehensión, sé que el espíritu de Dios me capacitará para superar cada situación con confianza y fortaleza. Con esto en mente, dejo ir cualquier preocupación que pueda tener acerca del futuro. Hoy estoy listo para acoger con confianza este momento presente. Aprecio el ahora, en un balance perfecto entre las bendiciones del pasado y la promesa del futuro. Éste es un momento de poder y acción. ¡Estoy listo!
Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso.--Eclesiastés 3:11 (Versión Popular)
|