Paz interna

En el silencio de la Presencia Crística siento paz.

Mi día es más sereno cuando paso tiempo en meditación, contemplación y oración. Cierro los ojos, me dirijo a mi interior y suelto cualquier preocupación que pueda tener. Respiro la paz de la presencia crística en mí. Mi cuerpo y mi mente descansan completamente.

Al afirmar vida divina, afianzo la plenitud de mi verdadera naturaleza. Al afirmar sustancia divina, sé que puedo disfrutar de todo lo bueno aquí y ahora. Al afirmar la luz del Espíritu, mi guía está asegurada. Permanezco en paz durante momentos de silencio, lo cual me llena de energía y me prepara para el resto de mi día. Siento calma y serenidad al acoger todo lo que este día guarda para mí.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.--Filipenses 4:7