A caminar por los caminos pidiéndole permiso al tiempo, atravesando el viento en cada espacio libre y vacío, dejemos las huellas para el regreso si perdemos las pisadas y seamos sólo sombras de nuestros cuerpos alimentados por el amor sincero y audaz. Sigamos el sol hacia el horizonte, que el arco iris sea un tobogán al final, y en las noches que nos envuelva el aroma del destino, abrazando al tímido susurro de las palabras que se escuchan sin saber quién nos habla.

Pintemos los árboles, flores y paisajes a nuestros antojos, descubramos el destino de cada día sentido, seamos colonos de nuestros propios lugares descubiertos, y fantasías de cada realidad que camina junto a los dos. Corramos de repente hasta donde llegue el aire, respiremos el verde bosque que nos cubre dejándonos invisibles de lo ajeno, miremos crecer las rosas que alumbran nuestros ojos, y cautivemos cada rayo de sol que penetra entre las hojas secas como libros colmados de historias.

Seremos protagonistas de cada guión escrito, autores de cada párrafo vivido, de cada nota en las canciones del corazón, y poeta de cada verso sentido por el corazón. Toma mis manos y vamos a recorrer el mundo, ese mundo de fantasías que día a día nos llama, un destino incierto de querer conocer el más allá, ese mundo nuestro del amor infinito que nos atrapa poco a poco. Seremos sonrisas de nuestros propios labios, lágrimas de nuestros propios recuerdos, seremos sólo dos en este camino que acabamos de comenzar.