TU ME ACOSTUMBRASTE
Tu me acostumbraste, a no escribir de madrugada, para terminar mis sueños, a esperar tus silencios de sábados y domingos, A imaginarte trajinando todo el día; A buscar tu pensamiento en la prisa.
Tu me acostumbraste, al café, a tus cartas, a la sorpresa diaria, A compartir, aquello que solo contigo; a vivir una ilusión en la esperanza.
Tu me acostumbraste, a esperar que el tiempo madure la relación, A escribir un poema para ti y un verso para tu pecho; a que mi alma te busque por las tardes.
Tu me acostumbraste, a los sueños a media luz, a esperar su realización, a soltar el corazón en un viaje desconocido, A apostar lo que se es y lo que se tiene; A siempre ganar.
Tu me acostumbraste, A vivir el amor, después de un coraje, A tratar tu cuerpo, como ciudad liberada, A leer versos de Benedetti, después del sexo, Antes, durante y en todo tiempo.
Tu me acostumbraste, A llegar de madrugada a tus sueños; A brincar dos pesadillas a, corretearte por mil ensueños A inventar cuentos de terror para tus hijas; A emborracharme con tequila.
Tu me acostumbraste, A compartir con tus amigas, a fumar con tus amigos A discutir con tu pareja, a cenar con tus hijas,
A recogerte de madrugada A esperarte de tarde, siempre en las tardes Para hacerlas noches, duermevelas.
LENNOX |