Se deslizó una lágrima sobre tu mejilla, pañuelo de tela estrujaste fuerte... Se quedó tu mirada prendida en ocasos ignorando siempre preguntando a todos en qué lugar del mundo quedó tu semilla... Vagas por tu casa buscando señales, encendiendo velas, ... Esperanza viva de prontos encuentros, que un día a tu puerta aparezca el niño que un día tuviste sin cambiar pañales... Tenés la mirada atenta, radiante, energía pura con fe y esperanza, que un día cualquiera aparezca a tu casa y te tienda los brazos ese niño que esperas con ansias pujante... Quizás sea hoy.. Tu día mujer.. Que con fe y esperanza, energía y encuentros, toquen el timbre... abras la puerta y te tienda los brazos “ese hijo que esperas”.
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