Este domingo, el tercero de
octubre, en Argentina se festeja
el Día de la Madre. Aunque, no
ocurre de esta manera en
la mayoría de los países del
mundo.
Las primeras celebraciones se
remontan a la antigua Grecia,
donde se le rendían honores a
Rhea, la madre de los dioses Zeus,
Poseidón y Hades, entre
otros.
Los romanos llamaron a esta
celebración La Hilaria cuando
la adquirieron de los griegos. Se
celebraba el 15 de marzo o
en el templo de Cibeles y durante
tres días se hacían ofrecimientos.
En el caso de los primeros
cristianos, le celebración se realizaba
en homenaje a la Virgen María. En
este marco, para el santoral católico
el 8 de diciembre se celebra la
fiesta de la Inmaculada Concepción,
fecha que se mantiene en la
celebración del Día de la Madre en
algunos países como el caso de
Panamá.
En Estados Unidos, la celebración
del Día de las Madres tiene
su origen en 1872, cuando Julia
Ward Howe, autora del
Himno de batalla de la República,
sugirió que esa fecha fuera
dedicada a honrar la paz, y
comenzó celebrando cada año
encuentros en la ciudad de
Boston, Massachusetts en celebración
del Día de la Madre.
Este suceso histórico fue
retomado por una joven estadounidense,
Anna Jarvis, hija de Anna Reeves
Jarvis. Ella fue una activista
comunitaria de Virginia
Occidental, que en 1858 tuvo activa participación
en la organización de las mujeres
para defender los derechos y mejorar
la sanidad pública en las
comunidades apalaches durante
la Guerra Civil Estadounidense.
Además, trabajó en el cuidado de
los heridos de ambos lados de
la contienda y, más tarde,
encabezó reuniones para que los
antiguos enemigos se integraran y
confraternizaran.
Jarvis perdió a su madre en 1905
y para rendirle un homenaje,
envió cartas a políticos,
abogados y otras personalidades influyentes
de la época a las que les
solicitó que se consagrara
Día de la Madre el segundo
domingo de mayo
(el cual algunos años coincidía
con el aniversario de la muerte de
su madre).
Finalmente, Anna logró rendirle
un homenaje a su madre.
Para 1910 ya se celebraba en
muchos estados de la Unión,
y en 1912 logró que se creara la
Asociación Internacional Día de la Madre
con el objetivo de promover su
iniciativa.
En 1914, llegó la decisión
definitiva a través del Congreso de Estados Unidos
que aprobó la fecha como el Día
de la Madre y la declaró fiesta
nacional, lo cual fue apoyado por
el Presidente Woodrow Wilson.
La iniciativa de Anna, no quedó
en los límites de su lugar de origen,
poco tiempo más tarde más de 40
países del mundo celebraban
ese día en fechas similares.
La intención de Anna de
homenajear a las madres,
tiempo más tarde resultó
empañada por la mercantilización que
acompañó a una fecha, que comenzó
a perder su intención e
identidad inicial. Jarvis decidió
entonces realizar una demanda,
en 1923, para que se eliminara la
fecha del calendario
de festividades oficiales.
Su reivindicación tuvo una gran
repercusión y alcanzó tal envergadura
que fue detenida por disturbios
durante una reunión de madres
de soldados en lucha, que
vendían claveles blancos, el símbolo que
Jarvis había impulsado para
identificar la fecha.
Más allá de lo que el mercado
dicte, el Día de la Madre, es celebrado
como ese momento especial para
dar sentido a la familia,
reunirse, acompañarse o
simplemente, dar un gran abrazo a quien
además de dar vida, nos acompaña
en todos los momentos que
hacen a nuestra biografía.
Un día para dar afecto, es un día
que