Algunas personas se acostumbran tanto a
sentirse infelices que no se dan cuenta de la desdicha innecesaria que se causan
a sí mismas. Construyen una prisión mental llenando su mente de resentimiento,
odio, envidia y deseos. Pueden tolerar vivir una vida así, solamente porque
están acostumbrados a esos pensamientos y creen que es el cuadro normal de la
vida. Piensan equivocadamente que es imposible que la vida sea
diferente.
Para la persona sabia, sin embargo, la vida está llena del placer
de ganar conocimiento, hacer buenos hechos y desarrollar el carácter de uno
mismo.
Dominando las actitudes, comportamientos e imágenes conducentes a la
felicidad, vas a vivir una vida feliz. Esto toma esfuerzo, pero el precio que
pagas por dominar la felicidad no es tan alto como el precio que pagas cuando
vives una vida infeliz.
Si experimentas infelicidad innecesaria, pregúntate a
ti mismo,¿En qué estados quiero estar?
¿Qué puedo hacer para entrar en el
estado que deseo experimentar ahora?
Una persona que se siente infeliz con
frecuencia se debería preguntar a sí misma:
¿Qué cambios en mis pensamientos
y en mis actitudes me van a permitir experimentar más felicidad?
¿Qué cambios
en mi comportamiento y en mis acciones me van a permitir más felicidad?
¿Qué
imágenes y visualizaciones me van a permitir experimentar más felicidad?
¿Qué
cambios en mis relaciones me van a permitir experimentar más felicidad?
¿A
quién puedo pedir ayuda para volverme una persona más feliz?
Zelig
Pliskin
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