jueves, 18 de noviembre de 2010 a
las 11:50
En esta nota queremos focalizar sobre los factores que intervienen en la
crisis de valores que está vigente en nuestro país, y que impacta en forma
directa a los jóvenes y al funcionamiento de la sociedad por ende los valores no
son heredados, sino aprendidos, principalmente dentro del seno de la familia,
luego en la escuela y sociedad. Son transmitidos por precepto y ejemplo,
mediante el accionar diario.
Hoy nos encontramos que la moral deja de existir por el egoísmo e
individualismo, acentuado en una búsqueda desenfrenada de sí mismo por encima de
todo, la sociedad entra en crisis y en riesgo de disolución. Se genera un
violencia, verdadera regresión humana, que abandona la racionalidad para
conducirse con rasgos de animalidad, propios de una infra cultura.
Otros valores - podríamos llamarlos tesoros - como familia, verdad, patria,
religión, libertad, honor, fidelidad y algunos más, no son hoy enseñados ni
mucho menos promovidos. Al contrario, muchas veces se los ridiculiza y son
objeto de burla y de escarnio.
En este marco es necesario restablecer los patrones que conjugan y aseguran
la vigencia de los valores y el respeto hacia los demás, pilares fundamental
para el crecimiento ordenado de una nación. Pero nos encontramos con un panaroma
que difiere mucho al que nosotros podemos anhelar, hoy los actores tales como la
educación, la familia y el estado, fallan y como resultado generan, vacio y
crisis en el contexto de los valores, ligados al respeto, la ética, la moral,
etc.
La televisión, internet, la radio y otros medios de comunicación masiva
influyen en estos tiempos sobre todo en la formación de un individuo ya sea, los
adolecentes y los más jóvenes, donde , potenciada por el abuso de alcohol y
drogas, responde a problemas de conducta cuyo origen está en la familia, si es
que esta existe, estos agentes al estar ausente ocasionan: La desintegración y
los conflictos familiares, los divorcios, deserción escolar, desobediencia y
drogadicción, en fin generando un sociedad que vive permanentemente en un estado
anomalía donde se pierde el sentido colectivo y solidario , aumentando en forma
considerable la individualidad y la falta de partencia a una sociedad.
Para contrarrestar esta problemática es necesario promover el desarrollo
intelectual del individuo a través del sistema educativo es un elemento
importante en la formación de los jóvenes en el acertado sentido de la vida, su
papel primordial es preparar a los niños y jóvenes para su futuro
desenvolvimiento en la sociedad y capacitarlos para la inserción laboral y en
todas las esferas de la vida cotidiana, por ende debemos recomponer el sentido
de la vida, cuyo concepto esta está muy ligado a la conducta del hombre, sus
actos, y su responsabilidad ante ellos, el sistema de valores que motivan su
conducta individual y colectiva, así también la cosmovisión del mundo y como se
nutre su propia conducta, las aspiraciones, los objetivos que persigue.
Sócrates consideraba de forma muy elevada el problema de la conducta humana y
su relación con la virtud. El vivir bien para él es la vida digna de ser vivida,
y la virtud es sinónimo de saber. El saber además de ser una virtud es poder,
porque el poder significa saber hacer que equivale al mismo tiempo a la
felicidad que está relacionada al sentido de la vida.
Por otro lado la educación, muestra también que mantenerse dentro del sistema
educativo contribuye a que los jóvenes desarrollen una cultura cívica
democrática que, aunque crítica con el sistema social y político, no tiene una
visión catastrofista del futuro, es tolerante, concede importancia a la igualdad
y rechaza las formas autoritarias de resolución de conflictos.
Se vive en una sociedad donde cada familia se encuentra involucrada en la
constante preocupación de la producción, alta calidad, consumismo, entre otros,
de tal forma que los valores del ser, propios de la tradición humanística como
el amor, la justicia, la verdad, sentido de la vida, equidad, solidaridad, se
han quedado solamente en ideologías o en un mero discurso. Los efectos los
tenemos a la vista con generaciones en las que la agresión, la adicción a
sustancias, la violencia, la indiferencia, ocupan el vacío dejado, produciendo
niños y jóvenes aturdidos, sin sentido de la vida y envueltos en la
desesperanza...
Planteamos como eje de vivir en una sociedad que base en la tolerancia como
única posibilidad de convivencia. La tolerancia, significa templanza,
moderación; y la intolerancia que significa inmoderado, falta de templanza. este
ha convertido a otros hombres, otros pueblos y otras culturas en seres
inferiores, ha negado la posibilidad de pensar distinto, de tener otras opciones
de vida, de fundar la vida a partir del respeto por la diferencia.
Otro componente que ha incrementando es la la violencia es un aspecto
cotidiano en la vida de la sociedad Argentina, lamentablemente, no es una
excepción. Ninguna zona escapa de la realidad social, económica o cultural. Y no
escapa tampoco el ámbito educativo, ya que la escuela no es una isla en el
conjunto de la geografía moral de una nación. Las agresiones en las escuelas no
están aisladas de un fuerte y violento contexto social. Las causas están
íntimamente ligadas a la realidad social en la que los niños y adolescentes se
encuentran hoy insertos. Las limitaciones de muchas familias para cumplir su
natural tarea de contención, la influencia nefasta de los mensajes que emiten
algunos medios de comunicación, la falta o incapacidad de muchos adultos para
poner límites efectivos al comportamiento de los niños o jóvenes y, por encima
de todo, la ausencia de valores y referentes éticos en la práctica de la vida
cotidiana figuran, sin duda alguna, entre las causas de estos hechos sombríos y
deplorables.
Pero no podemos sofocar ese grito angustioso e insobornable que surge dentro
de nosotros y que nos pide una mayor coherencia en nuestro proceso de búsqueda
de la felicidad. Es preciso abrir caminos seguros y coherentes a la Familia, a
la escuela a la juventud y a la sociedad. Recomponer los valores que den sentido
a nuestras vidas por ende vivir en una sociedad estable con limites claramentes
definidos.
La problemática de la crisis de los valores es un fenómeno que debe ser
asumido de manera conjunta por gobiernos, autoridades educativas, docentes,
padres de familia y los propios alumnos. Es prioridad fortalecer los principios
morales y volver a creer en la educación como el valor fundamental de la vida
Argentina, en un contexto de confianza en la importancia fundamental de la paz
social, del culto al trabajo y de la plena vigencia de la libertad.
( Rodolfo
Jonathan Costa Bogarin)
Fuente: http://es-la.facebook.com/note.php?note_id=133856660003677
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