Si algo me molesta, sé adónde ir para disfrutar de comprensión. Cierro los ojos y voy a mi interior. Al respirar profundamente, permito que cualquier sentimiento de carga se disipe. Enfoco mi atención en el ritmo de mi pecho y de mi abdomen a medida que inhalo y exhalo. Al ir a lo profundo de mi ser, siento unidad con el universo. Cada célula de mi cuerpo se llena de la fuerza de la vida; cada aspecto de quien soy se vuelve una expresión de la creación divina. Al reconocer mi unidad con la Fuente de todo, me vuelvo receptivo a las infinitas posibilidades que no sabía que existían. Nuevas bendiciones vienen a mí. ****** Hoy...quiero vivir este día con entusiasmo, con decisión y con una firme confianza. Hoy mi entusiasmo tendrá dos alas: la persistencia y la alegría.
Sé que la vida está llena de milagros para los que creen, aman y esperan. Por eso, en lugar de concentrarme en lo negativo, hoy voy a valorar todo lo bueno y a fortalecer mi fe y mi esperanza.~