A UN AMOR LEJANO
Sabes que me viste
en la ausencia de
mi alma
en el triste
pensamiento
que consume las
lágrimas.
Y sin molestia me
esquivaste
como si fuera un
enemigo
o un nombre sin
letras
o una silla vacía.
Pero aún te amo
aunque quede en
sueños
la caricia de tu
mano:
así lo dicta el
corazón.
Pero aún te
extraño
cuando no veo tu
luz
aproximarse hacia
la mesa:
así lo anhela la
esperanza.
Por eso confieso:
aunque hayas
botado
la confianza que
te tenía
todavía espero tu
beso.
Porque en el azul
profundo
del mar que navego
siempre me roba
una sonrisa
la pureza
de tu reflejo.
a/d