
La
verdadera ciencia consiste en conocer que se sabe lo que realmente se sabe, y
que se ignora lo que en verdad se ignora. En esto consiste la verdadera
sabiduría.
Aprende
a escuchar sin descanso para disipar tus dudas; mira tus palabras, para que nada
de lo que digas sea superfluo; sólo de este modo lograrás evitar todo error.
Obsérvalo todo, para prevenir los daños que pudiera ocasionarte una insuficiente
información.
Controla tus acciones, y así no tendrás que arrepentirte
con frecuencia de ellas. En cuanto hayas conseguido que tus palabras sean
normalmente rectas, y no debas arrepentirte con frecuencia de tus acciones,
serás digno del cargo que ocupas.
Si el hombre sabio observa una
conducta displicente, no inspirará respeto; si se limita a estudiar, sus
conocimientos no serán profundos. Debes ser siempre sincero, fiel y actuar con
buena fe. No entables amistad con personas de virtud o conocimientos inferiores
a los tuyos. Si tienes algún defecto, procura corregirlo.
La cortesía
que debe presidir nuestras actuaciones cotidianas se fundamenta principalmente
en el respeto y comprensión hacia todos.
Conocer lo que es justo y no
practicarlo es una cobardía.
Confucio - Libro
Tercero


|