La vida más humilde de un jugador de la NBA

 Generalmente suele llegar la idea a todo el mundo de que en la NBA todo son lujos y despropósitos. Grandes coches, joyas, fiestas espectaculares y un sin fin de gastos por doquier. Sin embargo, Jeremy Lin, jugador de los New York Knicks, lleva viviendo desde hace meses en el salón de la casa de su hermano, en su propio sofá. Es ahorrador por antonomasia. Sin saber si tendrá un nuevo contrato el año que viene, sigue alojado en el hogar de su familiar pese a que tampoco tiene dificultades económicas.

Su contrato actual asciende a 800.000 dólares anuales, aunque su continuidad no está garantizada. El jugador nacido en Palo Alto pero de origen taiwanés decidió, por tanto, vivir en un hogar situado en en un lugar periférico de la ciudad neoyorkina. Habitualmente acude a los entrenamientos en coche después de darse algún que otro madrugón, pero no ha encontrado algo mejor.

Revelación absoluta

Además, llama la atención que el base, licenciado en ciencias económicas por la Universidad de Harvard, está siendo una de las grandes sensaciones de la temporada para los irregulares Knicks. No en vano, los últimos encuentros ha sido uno de los pilares fundamentales de su equipo. Ante Nets explotó con 25 puntos y siete asistencias, después ante Utah Jazz sumó 28 puntos y ocho asistencias; y en su última aparición no bajó el rendimiento al aportar 23 puntos y 10 asistencias.