Cuando el
alcohol te trastorna
La
Organización Mundial de la Salud estima
que
anualmente 2.5 millones de personas mueren
por
causa del alcohol.
Esta
estadística supera a los fallecimientos,
por
ejemplo por HIV.
Eugenia Plano – www.vidapositiva.com
28 de enero 2012
Sí, el consumo de alcohol ocupa
el tercer lugar mundial entre los factores de riesgo de enfermedades y
discapacidad; en el Pacífico Occidental y las Américas ocupa el primer lugar, y
en Europa, el segundo.
Así, cuándo se afirma la
peligrosidad extrema del consumo de alcohol, no es una “manera de decir” es una
realidad ineludible para todos los países del mundo, y especialmente entre los
jóvenes, franja etárea que en las últimas décadas se encuentra entre las más
afectadas. La OMS informa que unos 320 000 jóvenes entre los 15 y los 29 años de
edad mueren por causas relacionadas con el alcohol, lo que representa un 9% de
la mortalidad en este grupo etáreo. Otra investigación realizada por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) informa que en países como Estados
Unidos el alcohol interviene en el 25% de las muertes de personas de entre 15 a
29 años.
Por otra parte, la OMS confirma
que Argentina es el país de habla hispana con mayor consumo de alcohol. A nivel
local, el Estudio Nacional de Adicciones, realizado por el Observatorio de
Drogas de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y
la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) lo confirma: el 13 % de la población
tiene problemas con la bebida y ya llega a un millón la cantidad de alcohólicos.
Al igual que en los Estados Unidos, los principales afectados son los jóvenes.
El informe revela que el 19% de las personas de 16 a 25 años, al menos una vez a
la semana tiene un episodio de intoxicación con bebidas alcohólicas.
Es decir, el núcleo de riesgo se
encuentra protagonizado por los jóvenes, de ambos sexos por igual y así, son la
franja etárea con más crecimiento en los últimos años con respecto a la suba en
los índices de alcoholismo.
¿Cuáles son las consecuencias
directas de esta adicción?
A partir de diversas
investigaciones la OPS la comprobó que el abuso prolongado de alcohol causa
enfermedades del hígado como la cirrosis y la hepatitis, además de pérdida de la
memoria, úlceras, anemia, coagulación defectuosa, deterioro de la función
sexual, malnutrición, depresión, cáncer y hasta daño cerebral. Pero las
consecuencias del abuso de alcohol también provocan daños a terceros, y a veces
no es necesario padecer una adicción para generarlo. La asesora regional de la
Organización Panamericana de la Salud, Maristela Monteiro, lo explica: 'los
homicidios, los accidentes de tránsito, los suicidios, las conductas violentas,
la violencia doméstica, el abuso o el maltrato de niños y la negligencia ocurren
en ocasiones en que se ha bebido mucho, pero la mayoría de esas personas no son
alcohólicas'.
Otro factor de enorme riesgo en
el cuál el consumo de alcohol puede provocar enormes daños es en las
embarazadas, para las cuales la simple ingesta puede generar un síndrome
alcohólico fetal y complicaciones relacionadas con el parto prematuro, que
perjudican a la salud y el desarrollo de los neonatos.
El establecimiento de normas y la
implementación de campañas de prevención debería ser una prioridad para todos
los estados. La OMS a través de su libro “Alcohol: No Ordinary Commodity“
analizó durante tres décadas el consumo del alcohol en el mundo, y estudió
específicamente cuáles eran las regiones en las que este dilema pudo
controlarse. Las estrategias para la disminución tanto de la adicción como de la
ingesta incluían: leyes sobre la edad mínima, monopolios de gobierno,
restricciones para los expendedores y los horarios de venta, impuestos y medidas
para evitar que las personas conduzcan en estado de embriaguez. Un caso
interesante es el de control de monopolios. La investigación sugiere que una
norma muy eficaz pero pocos países se animan es el control del mercado.
Tomar una decisión en este
sentido podría ser de gran eficacia. El caso de Finlandia refleja esta
situación. Este país hasta 1968, solo permitía la venta de cerveza en
establecimientos pertenecientes al gobierno. A partir de ese año, autorizó la
venta de cerveza y alcohol en tiendas de alimentos y el consumo total aumentó en
un 46% (en especial entre los adolescentes de 13 a 17 años). En este sentido, la
accesibilidad de horarios y puntos de venta incrementa prácticamente al doble el
consumo, Hoy en día, algunos sitios de Estados Unidos, Canadá, Rusia, India, el
sur de África y Costa Rica, los monopolios de gobierno supervisan la producción,
la venta o la distribución, aunque no las tres actividades al mismo tiempo.
Para detener la muerte que
implica tanto el alcoholismo como el consumo de alcohol, las medidas deberían
ser urgentes. “Compete a los países la responsabilidad principal de formular,
aplicar, vigilar y evaluar políticas públicas para disminuir el consumo nocivo
de alcohol”, advierte la OMS. En este sentido, esta organización brinda una
serie de estrategias para que en lugar de promesas existan realidades:
• Regular la comercialización de
las bebidas alcohólicas (en particular, la venta a los menores de edad).
• Regular y restringir la
disponibilidad de bebidas alcohólicas.
• Promulgar normas apropiadas
sobre la conducción de vehículos en estado de ebriedad;
• Reducir la demanda mediante
mecanismos tributarios y de fijación de precios.
• Aumentar la sensibilización y
el apoyo con respecto a las políticas.
• Proporcionar tratamiento
accesible y asequible a las personas que padecen trastornos por abuso del
alcohol.
• Poner en práctica programas de
tamizaje e intervenciones breves para disminuir el consumo peligroso y nocivo de
bebidas alcohólica.
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