Curación
Expreso vida y salud, gracias al poder sanador de Dios.
La salud es mi derecho de nacimiento. Al hacer ajustes internos y externos en mi mente, cuerpo y espíritu, revelo mi salud innata. Soy restaurado a la perfección en todo nivel. Me visualizo desvinculándome de cualquier resentimiento o desilusión que puedan estarse manifestando en mi cuerpo como incomodidad o dolor.
Imagino que la energía de estas emociones se disipa, siendo reemplazada por la luz de la vida divina en mí. Esta luz purificadora fluye por medio de mí sin que ningún diagnóstico pueda disminuirla. Siento agradecimiento por la curación que tiene lugar en mí ahora. Mi cuerpo responde positivamente al poder sanador de Dios en mí a medida que acojo mi perfección innata.
Pero Jesús dijo: “Alguien me ha tocado, porque yo he sentido que ha salido poder de mí.”—Lucas 8:46