El perdón
Si alguna vez en tu vida has odiado a alguien,
justificada o injustificadamente, te invito a que pienses lo que esto
significa. Tu tienes un valioso tesoro que es tu tiempo, un recurso que
minuto a minuto desaparece y que no es otra cosa que la oportunidad que todos
tenemos de utilizarlo para descubrir nuestro verdadero ser. ¿Y sabes qué
sucede cuando estas odiando a alguien?. Le estás regalando instantes
preciosos de tu vida a quien dices no querer. ¡Qué contrasentido más
grande! Cada minuto que piensas en el daño que te hicieron, cada segundo que
tu mente ocupa en pensar lo lastimado que quedaste, lo malo de la ofensa
recibida, le estas obsequiando las joyas más valiosas que posees a quien más
dices odiar. ¿Y qué tal si la ofensa recibida no es tal ?. Si resulta que
tu fuiste el causante de la reacción de la que ahora te duele. ¿Qué tal si
estás equivocado?. Porque puede ser. ¿No lo crees así?. En una forma u
otra, el responsable de cómo te sientas eres tu mismo, eres tú quien sufre cada
momento desagradable que recuerdas, eres tú quien revive, como si fuera hoy, los
incidentes que consideras más dañinos para tu persona, y al hacerlo eres
ofendido nuevamente. Cada vez que lo recuerdas tu adrenalina en el cuerpo se
libera como si fuera hoy, lo que sucedió hace ya mucho tiempo. Tu organismo
se envenena y tu alma también. Tal vez por eso puedas entender ahora que
perdonar a los demás es perdonarnos a nosotros mismos. La magia del perdón
ocurre de adentro hacia afuera. Yo te perdono de todo corazón porque al
perdonarte me perdono a mi mismo y libero para siempre mi ser de esos obstáculos
que impiden mi crecimiento. Yo te perdono, porque reconozco en tí una
manifestación diferente, pero una misma esencia. Yo te perdono porque tu eres
yo y yo soy tú.
d/a
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,
|