…Cuando interpretamos nuestra vida simbólicamente, como un
viaje espiritual, podemos examinar más objetivamente nuestras acciones, así como
nuestras decisiones de no actuar.
Podemos intentar extraer una lección de
cada encuentro o experiencia. Por ejemplo, ser objeto de una traición puede ser
devastador desde el punto de vista emocional, pero generalmente nos enseña que
tenemos que desprendernos de las expectativas, las dependencias emocionales y
psicológicas y los intentos de controlar a los demás provocados por nuestros
propios miedos. Nos enseña a aceptar a los demás tal y como son, en vez de como
desearíamos que fueran o esperábamos que fueran. También nos ayuda a comprender
que no podemos controlar completamente nuestras vidas.
En definitiva, para
cumplir nuestro propósito necesitamos mantener determinado tipo de relaciones y
vivir experiencias desagradables que nos permitirán aprender a mantener y vivir
otras mejores. El final de una relación nos obliga necesariamente a iniciar un
nuevo camino. Aunque al principio es posible que nos resistamos a seguir esa
nueva dirección, cuando finalmente nos rindamos a ella podremos ver nuestras
nuevas circunstancias como una bendición. Podemos elegir entre ver las crisis
como arbitrarias y negativas o bien como intervenciones que forman parte de un
plan de mayor alcance, postes en el camino que nos dirigen hacia la próxima
lección sobre nuestro poder personal y nuestro Contrato Sagrado.
Por
supuesto, no hace falta esperar a tener una crisis para ver las cosas como
símbolos. La vida espiritual no consiste sólo en intentar imaginar por qué nos
ocurren cosas malas o por qué les ocurren a otras personas, sino en intentar
encontrar un sentido a esas experiencias negativas, puesto que nunca
entenderemos completamente el porqué. Podemos enfocar los sucesos y patrones
positivos de nuestra vida, al igual que nuestros problemas, con la intención de
encontrar una finalidad oculta, un propósito superior. Por ejemplo, podemos
plantearnos por qué mantenemos una buena relación con determinadas personas o
qué nos llevó a implicarnos en una línea de trabajo o afición especialmente
gratificante. Todos debemos encontrar el camino correcto que nos permita
disfrutar de la vida y dar un sentido a nuestras actividades diarias y a
nuestras interacciones con los demás. Podemos empezar en cualquier momento, por
ejemplo, hoy. Hemos sido creados para “estar aquí ahora”, como afirma la famosa
frase de Ram Dass.
fragmento de “El Poder Invisible en Acción“
de Caroline Myss
ISBN
84-666-2503-8