16/4/2012 La
autosugestión, tendencia espiritual y objeto de ciencia
En las últimas
décadas, el mundo experimenta la diversificación de la espiritualidad. Cientos
de nuevas religiones son profesadas por diversas culturas y países alrededor del
mundo.
| 16 de abril 2012
Uno de los elementos claves en la conformación de las novedosas corrientes
espirituales es la valoración del sí mismo.Sin dudas, los hombres son
atravesados por el contexto histórico en el que viven. Entonces, no es casual
que en una época en la cual se consagra al individuo como artífice de su propio
destino, la espiritualidad gire en torno a su contexto.Uno de los conceptos que
reinan tanto en la literatura de autoayuda como en las corrientes de la nueva
espiritualidad es la “autosugestión”, pero con una nueva significación que la de
su definición original. Es decir, lejos del autoengaño la tendencia actual es
creer en sí mismo para lograr palabras y acciones positivas en todos los
aspectos de la vida de un individuo.
Best sellers como “El secreto” o “El poder de la mente” a través de la teoría
“ley de atracción” hablan de la importancia de estimular el subconsciente para
influir positivamente sobre nuestras acciones diarias. Basada en la
autosugestión del individuo, la ley de tracción asegura que “uno se convierte en
lo que piensa”. Esto significa que los pensamientos, las emociones, las
creencias y los hechos son las causas que atraen a las consecuencias. Es decir,
los pensamientos determinan la biografía. Esta corriente espiritual fue conocida
masivamente a partir de la publicación de El Secreto en el 2006 pero sus
orígenes no son recientes. Los estudiosos en el tema identifican antecedentes
históricos a la ley de tracción en el hinduismo. Pero, uno de los primeros
autores en formular esta teoría fue James Allen: En su libro “Piensa como un
hombre”, publicado en 1902, habló de la autosugestión como un mecanismo para
reforzar pensamientos positivos y así alcanzar acciones exitosas.
Pero no sólo de literatura se trata la cuestión. Los beneficios de la
autosugestión hoy es objeto de análisis en la medicina. Las investigaciones se
realizan en torno a lo que se denomina “efecto placebo”. Es decir, la reacción
de una sustancia neutra que parece tener propiedades curativas al administrarla
a un paciente. A partir de una investigación realizada por el Dr. Paul Enck,
profesor de Medicina Psicosomática y Psicoterapia de la Universidad de Tubinga,
Alemania, se demostró que el efecto placebo tiene una consecuencia positiva
sobre patologías asociadas a los circuitos cerebrales del dolor y la analgesia,
enfermedades mentales, patologías del sistema endocrino y del sistema
inmunológico. En estos casos, el estudio demostró que aunque al paciente no se
le administre un medicamento acorde a su afección específica sino un placebo, el
dolor o la molestia de alivianan de forma inmediata.
El Dr. Enck aseguró además que el placebo no es la única forma de
autosugestión: 'Cuando alguien va al médico y después de hablar con él se siente
mejor, o bien, cuando recibe un diagnóstico negativo aunque que esté equivocado
, el individuo comienza a sentirse peor'. Otro estudio comprueba esta teoría. El
Dr. Fabrizio Benedetti, de la Universidad de Turín, concluyó a través de una
investigación que la creencia consciente que el paciente tiene de la ingesta de
un fármaco es fundamental para su curación. El estudio comprobó que las
expectativas son la clave. Es decir, no se producen los mismos efectos si el
paciente cree o no cree que el placebo funciona. Si sabe, que no es real, la
dolencia o la molestia sigue. En cambio, si la persona está segura que va a
funcionar, el alivio se produce inmediatamente.
Objeto de estudio en la ciencia y teoría en la espiritualidad, la
autosugestión es considerada hoy un mecanismo eficaz para lograr hábitos y
prácticas positivas.
Foto:Marc van der Aa
Eugenia Plano - www.vidapositiva.com
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