Hasta ahora se desconocía la razón por la que las plantas
producen flores en lugar de hojas. Recientemente, un equipo internacional de
científicos ha identificado un gen que está implicado en el proceso de floración
en condiciones de luz normales. El hallazgo permitirá explicar cómo la luz
controla la floración y es el primer regulador del florígeno (molécula que
induce la floración). Además, supone un gran avance hacia la comprensión del
control de tiempo de floración. SINC/T21. Las plantas son capaces de ajustar el tiempo de su
floración en respuesta a las condiciones ambientales de luz, temperatura y
disponibilidad de nutrientes, pero se sabe muy poco acerca de lo que provoca que
las plantas produzcan flores en lugar de hojas, en condiciones ambientales
diferentes.
“La transición a la floración es el cambio
de fase más dramático de las plantas con flores, y es crucial para el éxito
reproductivo. Está controlado por la duración del día en las plantas”, ha
señalado a SINC Yu Hao, autor principal del estudio que publica PLoS Biology e
investigador en el departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad
Nacional de Singapur.
El equipo de investigación buscó, a lo
largo de cinco años y con la digitalización de tres millones de muestras,
ciertas proteínas en las plantas para explicar el proceso de floración.
Los resultados permiten identificar una
molécula a la que llamaron FT interacción de la proteína-1 (FTIP1).
Primer regulador del
'florígeno'
Según el estudio, las plantas con una
versión no funcional del gen FTIP1 tardaban más en florecer en condiciones
normales de luz (16 horas de luz al día). Sin embargo, con una versión funcional
de este gen, su tiempo de floración volvió a la normalidad.
Estos hallazgos sugieren que el gen es
clave para explicar cómo la luz controla la floración y es el primer regulador
del florígeno (molécula que induce la floración).
Es además un gran avance en la comprensión
del control de tiempo de floración.
FTIP1 y otros genes similares, podrían
usarse también como marcadores moleculares para el cultivo clásico de plantas y
para la modificación genética selectiva de ciertos rasgos de la floración, con
el objetivo de aumentar los rendimientos de los cultivos en ambientes
cambiantes.