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General: Y TÚ QUE HACES?
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: ♥ SuaveQuel ♥  (Mensaje original) Enviado: 29/04/2012 00:50

 

 
 

Y TÚ QUE HACES?

 

 

No sé a cómo estamos.
      En esta casa no hay calendarios, y en mi memoria los días están hechos una
      maraña.
      Me acuerdo de esos calendarios grandes, unos primores, ilustrados con
      imágenes de los santos que colgábamos al lado del tocador.
      
      Ya no hay nada de eso, todas las cosas antiguas han ido desapareciendo.
      Y yo, yo también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta.

      Primero me cambiaron de cuarto, pues la familia creció.
      Después me pasaron a otra más pequeña aún, acompañada de una de mis
      biznietas.
      Ahora ocupo el cuarto de los trebejos, el que esta en el patio de atrás.
      
      Prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero se les olvidó, y
      todas las noches por allí se cuela un airecito helado que aumenta mis
      dolores reumáticos.
      
      Desde hace mucho tiempo tenía intenciones de escribir, pero me he pasado
      semanas buscando una pluma, y cuando al fin la encontraba, yo misma volvía
      a olvidar en dónde la había puesto.
      
       A mis años, las cosas se pierden fácilmente, claro que es una enfermedad
      de ellas, de las cosas, porque yo estoy segura de tenerlas, pero siempre
      se desaparecen.

      La otra tarde caí en la cuenta de que también mi voz ha desaparecido.
      Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos, no me contestan.
      Todos platican sin mirarme, como si yo no estuviera con ellos, escuchando
      atenta lo que dicen.
      
      A veces intervengo en la plática, segura de que lo que voy a decirles no
      se le ha ocurrido a ninguno y que les van a servir de mucho mis consejos,
      pero no me oyen, no me miran, no me responden. 
     
 Entonces, llena de tristeza, me retiro a mi cuarto antes de terminar de
      tomar la taza de café. Lo hago así de repente, para que comprendan que
      estoy enojada, para que se den cuenta de que me han ofendido y vengan a
      buscarme y me pidan disculpas.
      
      Pero nadie viene.

      El otro día les dije que cuando muriera entonces si que me iban a
      extrañar. El niño mas pequeño dijo: "¿Ah... es que tú estas viva,
abuela?".
      Les cayó tan en gracia que no paraban de reír.
      Tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entró unos de
      los muchachos a sacar unas llantas viejas y ni los buenos días me dio.

      Fue entonces cuando me convencí de que soy invisible.

      Me paro en medio de la sala para ver si aunque sea estorbo, pero mi hija
      sigue barriendo sin tocarme. Los niños corren a mí alrededor, de un Lado
      al otro, sin tropezar conmigo.

      Cuando mi yerno se enfermó, tuve la oportunidad de serle útil: le llevé un
      té especial que yo misma preparé. Se lo puse en la mesita y me senté a
      esperar que se lo tomara. Sólo que estaba viendo la televisión y ni un
      parpadeo me indicó que se daba cuenta de mi presencia. El té, poco a poco
      se fue enfriando. Mi corazón también .

      Un viernes se alborotaron los chamacos y me vinieron a decir que al día
      siguiente nos iríamos todos de día de campo. Me puse muy contenta ¡Hacía
      tantos años que no salía, y menos al campo! Entonces el sábado fui la
      primera en levantarme. Quise arreglar mis cosas así que me tomé mi tiempo
      para no retrasarlos. 
     

Al rato entraban y salían de la casa corriendo y echaban bolsas y juguetes
      al coche. Yo ya estaba lista y, muy alegre, me paré en el zaguán a
      esperarlos. Cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en el
      bullicio, comprendí que yo no estaba invitada, tal vez porque no cabía en
      el coche o por que mis pasos tan lentos impedirian que todos los demás
      corretearan a gusto por el bosque.

      Sentí clarito cómo mi corazón se encogió. La barbilla me temblaba como
      cuando uno ya no aguanta las ganas de llorar.

      Vivo con mi familia y cada día me hago más vieja, pero cosa curiosa, ya no
      cumplo años.
      Nadie me lo recuerda. Todos están tan ocupados. Yo los entiendo, ellos sí
      hacen cosas importantes. Ríen, gritan, sueñan, lloran, se abrazan, se
      besan. Yo ya no sé a qué saben los besos. Antes besuqueaba a los
      chiquitos, eran un gusto enorme el que daba tenerlos en mis brazos como si
      fueran míos. Sentía su piel tiernita y su respiración dulzona muy cerca de
      mí. La vida nueva se me metía como un soplo y hasta me daba por cantar
      canciones de cuna que nunca creía recordar...
      Pero un día, mi nieta Mirian, que acababa de tener a su bebé, dijo que no
      era bueno que los ancianos besaran a los niños, por cuestiones de salud.

      Ya no me les acerqué más, no fuera ser que les pasara algo malo a causa de
      mis imprudencias. Tengo tanto miedo de contrariarlos!

      Ojalá que el día de mañana, cuando ellos lleguen a viejos... Sigan
      teniendo esa unión entre ellos para que no sientan el frío ni los
desaires.

      - Que tengan la suficiente inteligencia para aceptar que sus vidas ya no
      cuentan, como me lo piden.
      - Y Dios quiera que no se conviertan en "viejos sentimentales que todavia
      quieren llamar la atención".
      - Y Que sus hijos no los hagan sentir como bultos para que el día de
      mañana no tengan que morirse estando muertos desde antes... como yo.

Cuanto mas esperas..

Gus-kareem

 




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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: nury araya Enviado: 29/04/2012 01:26
GRACIAS POR COMPARTIR.
 
 
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