Por NÚRIA LLAVINA RUBIO
Comer mal, beber y fumar más. Son tres señales inequívocas de que se sufre
estrés en el lugar de trabajo que, si se alarga en el tiempo, puede causar
problemas asociados a estos malos hábitos: sobrepeso, obesidad,hipertensión o
problemas cardiovasculares, entre otros. Un estudio reciente, además, afirma que
las mujeres estresadas son más propensas a los atracones. A partir de unos
sencillos consejos que pretenden eludir las fuentes de estrés, la actitud
individual es esencial para intentar poner freno a un problema que representa un
alto gasto sanitario.
Las mujeres que sufren estrés laboral tienden a adquirir el hábito de comer
por causas emocionales, como ansiedad o depresión, en lugar de hacerlo solo por
hambre. Además, son más propensas a comer de forma descontrolada y a los
atracones. Esta es una de las conclusiones de un estudio reciente que ha seguido
a 230 mujeres de Finlandia. El principal motivo que provoca problemas con la
comida -y, en consecuencia, sobrepeso u obesidad- es el estrés crónico y no los
momentos puntuales de mucho trabajo, que generan situaciones temporales de
estrés.
El 22% de las participantes en el trabajo padecía algún grado de agotamiento
laboral y ello les provocaba comer a partir de las emociones y de manera
descontrolada. En cambio, las mujeres sin cansancio al inicio del estudio, en un
año, tendieron a comer cada vez menos de manera descontrolada. Aunque los
investigadores aseguran que estos resultados no indican una relación directa
entre el estrés y la obesidad, sí aseguran que el hecho de comer a partir de las
emociones es un factor de riesgo potencial.
La 'comida emocional' no se asocia con comer fruta o verduras, sino con optar
por chocolate o una comida rápida. El trabajo, realizado por investigadores del
Instituto Finlandés de Salud Laboral, se ha publicado en la revista 'American
Journal of Clinical Nutrition'.
Controlar las fuentes de estrés:
Los investigadores finlandeses señalan que la solución pasa por controlar la
fuente de estrés, sobre todo, cuando se está expuesto de manera inevitable y
crónica, como en el trabajo. Un buen hábito podría ser eliminar los tentempiés
tipo bollería y repostería industrial, snacks salados o bolsas de chucherías,
entre otros, o en caso de no poder evitarlo, cambiarlos por aperitivos
saludables. Si a pesar de esto es difícil controlar el estrés, una buena
solución puede ser salir a caminar en momentos determinados del día. Hacer
deporte entre horas (en el tiempo de la comida) también podría ser un buen
antídoto.
Un estudio publicado en 'Times' lanzaba varios consejos para poner freno a la
necesidad de comer bajo la influencia del estrés. En él se citaba una de las
necesidades de comer más habituales en el trabajo, la 'automática'. Uno de los
mejores consejos sería, por tanto, el 'comer consciente', es decir, desarrollar
conductas de alimentación para darse cuenta de la cantidad que se come de más.
Cuando uno come de forma automática, se pierde la noción de la cantidad que se
ingiere, puesto que se hace sin pensar.
Otro consejo de los especialistas es elaborar una agenda para registrar los
hábitos diarios alimentarios. Si se anota la hora del día en la que se realiza
la ingesta excesiva y el estado anímico en ese momento, ambos datos pueden
ayudar a reconocer si es hambre físico o emocional y, en este caso, los factores
emocionales desencadenantes.
Consecuencias del estrés laboral:
Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS),
las situaciones de estrés laboral pueden causar consecuencias negativas para la
salud. Si bien el estrés intensifica la actividad del individuo e incrementa los
recursos (atención, memoria y rendimiento) que aumentan su productividad, su
cronificación agota y causa cansancio y pérdida de rendimiento. Asimismo, a
largo plazo, el estrés puede provocar deterioro cognitivo.
Las prisas, la falta de tiempo o la tensión aumentan las conductas no
saludables, y no solo por comer demasiado, sino por fumar o beber en exceso y
reducir el tiempo dedicado a las conductas saludables, como hacer ejercicio
físico, seguir una dieta o dormir de forma adecuada. Según afirman desde la
SEAS, entre quienes ejercen profesiones altamente estresantes se registran tasas
más altas de tabaquismo, alcoholismo y otras adicciones. Además, las personas
obesas manifiestan mayores niveles de ansiedad.
Cinco consejos para controlar el estrés:
Son muchos los consejos que ofrece la Sociedad para prevenir el estrés, más
allá de seguir unos buenos hábitos alimenticios o practicar ejercicio. Descansar
es uno de ellos: hay que garantizarse una época para las vacaciones, cuando
termine la jornada, dejar el trabajo en la oficina, realizar actividades fuera
del trabajo y dormir bien. Una buena organización del trabajo también es
importante: establecer horarios fijos, no llegar tarde a las citas o saber
seleccionar las actividades más importantes.
Respecto a la toma de decisiones, es recomendable no dejar pasar los
problemas, sino analizar bien la forma de afrontarlos (planteamiento, análisis
de alternativas, elección de la solución menos mala), sin volver atrás y darle
demasiadas vueltas. Hay que aprender a relativizar los problemas y analizarlos
de manera objetiva, para no dramatizar y poder actuar con naturalidad. Reforzar
la autoestima y las relaciones sociales y, si se hace necesario, realizar
entrenamiento específico en técnicas de control de ansiedad y estrés, son otras
soluciones.
FUTURO CON ESTRÉS LABORAL:
El futuro con respecto al estrés laboral no parece demasiado esperanzador: 8
de cada 10 europeos creen que se incrementará en los próximos años. De hecho, a
causa de la crisis económica, se ha detectado un aumento del 44% en los casos de
estrés laboral. Son los datos de un sondeo de opinión encargado por la Agencia
Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA), realizado entre
más de 35.000 ciudadanos.
Incluso los directivos de las empresas comparten ya con los empleados la
percepción de que la presión en el puesto de trabajo comienza a pasar factura.
Los ciudadanos achacan este malestar a la crisis financiera y la transformación
del mercado laboral. Esta opinión es independiente de la edad, el género o el
tamaño de la empresa en la que trabajan los encuestados.
Link: http://www.consumer.es/web/es/salud/psicologia/2012/04/30/209053.php