1 de
mayo 2012
El doctor Juan Hitzig, médico, profesor de Biogerontología y miembro de la
Academy of Antiaging Medicine y autor del libro Cincuenta y Tantos, reveló que
todas las personas estamos programadas para vivir entre 100 y 120 años. Su
teoría encuentra correlato en la realidad ya que los adultos mayores son el
grupo etario que mayor crecimiento tuvo en las últimas décadas.
La predisposición genética y el cuidado de la salud física y mental son
claves para lograr una vida más prolongada, pero no son los únicos factores que
entran en juego. . El doctor Hitzig estableció a partir de una serie de
investigaciones que las aptitudes psicomentales son el factor que hace la
diferencia. El especialista en longevidad estudió a un grupo de mujeres y
hombres de entre 85 y 95 años y descubrió una serie de hallazgos que revelan su
estado óptimo a una edad avanzada. En este contexto, encontró que los longevos
saludables presentaban un gran sentido del humor, eran solidarios,
colaboradores, disfrutaban del trabajo y del ocio en equipo, se ocupaban en
tener proyectos personales y además, sabían manejar el estrés emocional generado
por la incertidumbre que implica el envejecimiento. En lugar de focalizar su
atención sobre los problemas que les depara su edad, concentraban sus energías
en seguir adelante.
En su publicación Cincuenta y Tantos, el Dr. Hitzig, refuerza su teoría a
través de otra investigación realizada por la Universidad de Yale que comprobó
que cuando los adultos mayores no toman una actitud negativa ante la vejez
tienen muchas más posibilidades de extender su vida. Es decir, quienes se hacen
cargo de su edad combinando responsabilidad y optimismo, lograrán mejores
resultados que quienes sólo se preocupan por cuidar su salud. Una actitud
positiva es clave para vivir más y mejor.
La base de esta investigación, además de un estudio exhaustivo sobre las
conductas y actitudes de este grupo de personas, contó con un estudio científico
que corroboró que cada pensamiento genera una emoción y cada emoción moviliza un
circuito hormonal que tiene un impacto en los trillones de células que forman un
organismo. Hitzig, realizó una clasificación de este proceso, a través de las
conductas que facilitan o perjudican una buena calidad de vida física y
psíquica:
• Las conductas “S”: serenidad, silencio, sabiduría, sabor, sexo, sueño,
sonrisa, promueven secreción de Serotonina.
• Las conductas “R”: resentimiento, rabia, rencor, reproche, resistencias,
represión, facilitan la secreción de coRtisol, una hormona coRRosiva para las
células, que acelera el envejecimiento, ya que entre otras tantas maldades
'agrede nuestro endotelio vascular'.
En este marco, las conductas “S” generan actitudes “A”: ánimo, amor, aprecio,
amistad, acercamiento. En cambio las “R”, generan actitudes “D”: depresión,
desánimo, desesperación, desolación. Para el especialista, estas actitudes son
un aprendizaje que lleva toda una vida, y debe estimularse una posición positiva
desde edades tempranas así, en una edad adulta el optimismo será una cualidad
espontánea.