Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
del Hijo,
y del Espíritu Santo,
Amén.
PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Nuestra Señora de Fátima, en mi pobreza, en mi destierro, en mis sinsabores, te contemplo como arco iris de esperanza, de paz y de protección. Sé mi consuelo en la lucha y en los peligros; mi luz en la oscuridad; mi escudo en las batallas contra las pasiones, el mundo y el demonio. Sálvame y salva a todos los pecadores.
Así sea.