Por MAITE ZUDAIRE
8 de mayo de 2012
Las cerezas, que anuncian la proximidad del verano, tienen cualidades
beneficiosas para la salud que van más allá de su aportación en vitaminas,
oligoelementos y fibra. Son buenas contra la hiperuricemia y la gota, ya que
reducen el ácido úrico y alivian el dolor asociado a la artritis gotosa. Es
momento de consumir cerezas, ahora que comienzan a llenar de color los
escaparates de las fruterías. Su pronunciado y dulce sabor y su crujiente
textura y jugosidad invitan a deleitarse con esta recién llegada fruta de
temporada.
Las cerezas son aptas para dietas de control de peso, ya que tan solo aportan
48 calorías (un bol con 20 cerezas), y en caso de diabetes, a pesar de ser
dulces. También destacan por su variedad y cantidad de antioxidantes de efectos
preventivos en enfermedades crónicas y degenerativas, son idóneas para las
embarazadas por su riqueza en folatos y muy aconsejables si se tiene
hipertensión por su abundancia en potasio. Además, recientes investigaciones
revelan que en la composición de las cerezas se han identificado compuestos con
un potencial efecto reductor del ácido úrico, lo que las convierte en frutas
óptimas para consumir en caso de hiperuricemia y gota.
Cerezas contra la hiperuricemia y la gota:
Los resultados de diversos ensayos clínicos informan de que el consumo de
cerezas es positivo para reducir el ácido úrico en caso de hiperuricemia,
prevenir el ataque de gota y aliviar el dolor asociado a la artritis. Los
hidroxicinamatos (catequina, epicatequina y ácido gálico) son la clase más
abundante de compuestos fenólicos en las cerezas -representan un 42% del total-,
seguidos de las antocianinas (23%). A estos compuestos se les adjudican efectos
antiinflamatorios y depurativos, como la reducción significativa de la
concentración de urato sérico en las cinco horas siguientes al consumo de
cerezas.
En el mismo ensayo se comprobó que con dosis similares de otras frutas (uvas,
fresas y kiwi), ni las concentraciones plasmáticas ni urinarias de ácido úrico
se modificaron. Esto explica que las cerezas contienen fitoquímicos, ausentes en
las otras frutas, al menos en las mismas cantidades que en las cerezas, con
cualidades beneficiosas en caso de hiperuricemia.
No obstante, no se encuentra en la bibliografía científica una explicación
clara al mecanismo por el cual se reduce la concentración plasmática de ácido
úrico ni al efecto antiinflamatorio contra la gota detectado en individuos tras
el consumo de cerezas. Un consejo saludable es aprovechar la corta temporada
natural de recogida de cerezas para comerlas como un buen hábito alimenticio
que, además, mejora la condición de salud de las personas que están en riesgo o
que padecen gota y artritis.
Cerezas: más que vitaminas, minerales y fibra
Las cerezas, además de proporcionar nutrientes esenciales como vitaminas,
minerales y fibra dietética, proveen de fitoquímicos que ayudan a disminuir el
riesgo de enfermedades crónicas y degenerativas como el cáncer y las
enfermedades del corazón. Tanto en las dulces cerezas como en las guindas, de
sabor más agrio, se han identificado antioxidantes, entre los cuales destacan
las antocianinas (responsables del color rojo intenso de su piel y de su carne),
catequinas, ácido clorogénico, glucósidos y melatonina.
En ensayos en los que se han aislado las antocianinas de las cerezas y las
guindas, se ha comprobado que estos compuestos inhiben la oxidación del LDL
colesterol (malo). De ahí que se promocione el consumo de estas frutas entre los
hábitos dietéticos saludables para la prevención y tratamiento de las
dislipemias. Estos y otros fitoquímicos, a su vez, demuestran propiedades
antiinflamatorias a través de la inhibición de la actividad de la enzima
ciclooxigenasa y de la enzima que metaboliza el ácido nítrico, una acción
biológica que explica en parte su rol protector de las enfermedades
cardiovasculares.
CEREZAS DE POSTRE Y ALGO MÁS
No es fácil dejar de comer cerezas una vez que se empieza. Su intenso y nada
empalagoso sabor dulce y su crujiente textura las convierten en una de las
frutas más apetecibles de la temporada. Las cerezas se mezclan con el colorido
de otras frutas en una macedonia servida en un vaso o recipiente original. Si
apetece comenzar el día con algo dulce, una propuesta consiste en tostar unas
rebanadas de pan de pueblo o de pan de semillas y untarlas con mermelada de
cerezas, con una sabrosa compota (se puede prescindir del toque de licor que
propone la receta) o bien acompañarlas de un poco de requesón con cerezas
confitadas.
Entre horas, un yogur con muesli y cerezas es un buen aperitivo para calmar
el apetito. Como bebida dulce y refrescante, se puede probar el zumo de naranja
con frambuesa y cerezas. Para comer, es posible sorprender a los comensales con
un rico gazpacho de cerezas. Para deleitarse con los postres, se proponen dos
deliciosas recetas: una sabrosa tarta de cerezas o, si la comida ya ha sido
contundente, el sorbete helado de cerezas, más ligero.
Link: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/curiosidades/2012/05/08/209276.php
Fuente: http://www.consumer.es
,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,