4 de mayo de 2012
Sentir ansiedad al no
conectarse a Internet, encender el ordenador a altas horas de la noche y perder
la noción del tiempo; tener obsesión por consumir comida biológicamente pura -y
evitar todo lo que pueda resultar tóxico-, por hacer dieta o por conseguir un
cuerpo perfecto y musculoso; problemas con compras compulsivas que superan las
posibilidades económicas. Todos ellos son algunos patrones de comportamiento de
las sociedades desarrolladas que pueden convertirse en adicciones.
• La obsesión por el
cuerpo
El deseo por tener 'un cuerpo
10' puede llegar a convertirse en una verdadera adicción. Aunque lostrastornos
alimentarios, como la anorexia y la bulimia, son cada vez más frecuentes, hay
otro tipo de conductas relacionadas con la alimentación que también son
habituales. La obsesión por la buena alimentación puede llegar al extremo de
convertirse en ortorexia, basada en la necesidad de consumir solo comida
biológicamente pura y evitar todos los alimentos que puedan resultar tóxicos.
Quienes la padecen huyen de
todo lo que consideran impuro, como los pesticidas, los transgénicos,
losaditivos, los alimentos manipulados, e incluso, los congelados. Se convierten
en fanáticos consumidores de alimentos de cultivo ecológico y probióticos. El
problema radica en que estas personas centran su vida en la comida y la
convierten en una especie de ritual que les ayuda a mantenerse puros.
Otra conducta adictiva
relacionada con la alimentación es el 'dieting', definida como la obsesión por
hacer dieta. En la actualidad, el control del peso es un tema prioritario, sobre
todo, entre las mujeres. Casi el 50% se ponen a dieta cuando el verano está
próximo y la mayoría, sin ningún tipo de control médico. Igual que la ortorexia,
esta conducta afecta más a mujeres jóvenes que, preocupadas por su peso,
realizan unadieta tras otra -de la alcachofa, del yogur, de la piña, etc.-, a
menudo excéntricas, sin ningún tipo de rigor científico que las certifique y que
siguen las directrices de la persona famosa de moda.
Las mujeres desean estar
delgadas y los hombres, tener un aspecto atlético y musculoso. Esta aspiración
puede llegar a convertirse en uno de los principales valores de la vida y en una
obsesión por un cuerpo perfecto y musculoso: la vigorexia. A menudo, los
afectados sufren baja autoestima y una distorsión de la imagen corporal.Se
dedican muchas horas al ejercicio físico y se pone especial atención en la
alimentación, que suele ser hiperproteica para fomentar el desarrollo de la masa
muscular. También es habitual el consumo de suplementos alimenticios y
anabolizantes. De esta manera, el entrenamiento físico y la dieta se convierten
en uno de los ejes de la propia vida.
• Adictos a las
compras
Si de forma habitual se
ocultan al entorno familiar las compras realizadas o hay sensación de haber
adquirido de manera impulsiva un objeto que no es necesario, se puede estar ante
un trastornoasociado. Hasta un 30% de los españoles tienen problemas de
autocontrol y un 5% podrían ser adictos a las compras, según los resultados de
un informe promovido por la Unión Europea sobre los problemas psicológicos
relacionados con el consumo.
Este es un problema frecuente
que afecta más a las mujeres, aunque también se registra entre los hombres. La
diferencia estriba en los productos que se adquieren, ya que mientras ellas
optan por la ropa y las joyas, ellos prefieren la tecnología. También hay
diferencias generacionales: al parecer, las generaciones jóvenes son cada vez
más consumistas. Ofertas, rebajas, outlets, productos low cost y, por supuesto,
la publicidad. En las sociedades desarrolladas, el hecho de comprar se ha vuelto
una finalidad en sí misma.
Una de las diversiones
frecuentes de los jóvenes es ir a los centros comerciales a pasar la tarde y, de
paso, hacer alguna compra, a menudo, poco necesaria. Este afán consumista, que
en inglés se conoce como 'shopping spree' (la juerga de las compras), puede
llegar a desencadenar una verdadera adicción que convierte el placer en
sufrimiento: la obsesión lleva a efectuar compras a menudo compulsivas, que
superan las posibilidades económicas. Además, el 'shopaholic' (término inglés
que define al adicto a las compras), no se identifica como tal. Por este motivo,
ante una adicción al 'shopping', lo más importante es detectar el problema. Las
compras impulsivas frecuentes o 'ir de tiendas', a pesar de que genere con
frecuencia problemas económicos, pueden ser algunos indicios. El retrato robot
sería el de una mujer de mediana edad, con una excesiva preocupación por la
propia imagen y, con frecuencia, con bajo nivel de autoestima. No es raro que
esté en fase de superación de un estado depresivo y que los artículos adquiridos
intenten ser una ayuda para sentirse mejor.
• ¿Adictos a
Internet?
La rápida evolución de las
nuevas tecnologías es imparable. Forman parte de la vida diaria de la mayoría de
las personas y se depende de ellas más de lo que uno se pueda imaginar. ¿Pero
podría hablarse de adicción? No hay duda de que cualquier conducta normal
placentera puede ser susceptible de convertirse en adicción si se establece con
ella una relación que termina por perjudicar al individuo. Como muestran los
resultados de una encuesta realizada a 2.000 usuarios, el 24% se conectaba más
de seis horas diarias. Además, la mitad afirmó sentir ansiedad y enfado si por
razones técnicas les era imposible consultar el correo electrónico.
En España, un 85% de la
población adulta navega por Internet y un 5% abusa o hace un mal uso de esta
actividad. Los expertos explican que el indicador de un uso incorrecto, más que
el número de horas que se pasan delante de la pantalla, podría ser el hecho de
perder la noción del tiempo, sentir ansiedad al no conectarse o encender el
ordenador a altas horas de la noche. El mal uso también puede manifestarse con
síntomas físicos como cansancio, fatiga ocular, problemas musculares,
inestabilidad emocional, confusión y sedentarismo. También pueden darse cambios
en el comportamiento social, como disminución del grupo de amigos, conflictos
familiares, escolares o laborales.
Los usuarios se conectan a la
Red, sobre todo, para buscar información y para interactuar con otras personas a
través de redes sociales y chats. En Internet hay pocas reglas, se juega con la
carta del anonimato y los internautas se mueven en un mundo de ficción que les
permite mostrarse tal y como les gustaría. Según Enrique Echeburúa, catedrático
en Psicología Clínica y experto en el tema, aunque este es un factor positivo
para la mayoría de la gente, en personas con algún otro problema de fondo, como
una depresión, la irrealidad de Internet puede suponer una vía de escape inicial
para el usuario. El problema surge cuando la persona se aleja de la realidad y
no la afronta, un hecho que termina por agravar y enmascarar la depresión.
La preocupación por la
adicción a las nuevas tecnologías, en especial videojuegos e Internet, es un
tema de plena actualidad. En un estudio reciente, mediante un escáner de cerebro
realizado a 17 jóvenes adictos a Internet, se evidenciaron modificaciones
cerebrales que podrían afectar a las emociones, la toma de decisiones y el
autocontrol. El tema está lejos de resolverse, ya que también hay quien
considera que esta supuesta adicción es un mito y solo es una nueva etapa del
siglo XXI, donde los usuarios encuentran en Internet todo lo que necesitan.
Link: http://www.consumer.es/web/es/salud/psicologia/2012/05/04/209159.php