En Argentina se han detectado casos de personas que venden artículos robados. Uno de ellos es el de Pablo Cafaro, quien se percató que la bicicleta que adquirió hace poco tiempo, estaba siendo vendida por personas inescrupulosas, por lo que decidió denunciar en las instituciones judiciales de la nación austral y la pudo recuperar un año después. El comercio electrónico ha tomado mucho auge en Latinoamérica, por lo que no está exento de prestarse para cualquier clase de actividades o hechos ilícitos, como la venta de productos que han sido robados, lo cual es posible porque muchos vendedores se esconden bajo la figura del anonimato.
Dentro del mercado argentino, aquellos vendedores que ofrecen cosas robadas, no las poseen en sus lugares de residencia, sino que su custodia se la trasladan a otras personas que fungen como intermediarios para dársela al comprador o al mismo vendedor, logrando así mantener un perfil bajo. De acuerdo a cifras proporcionadas por la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), en esta nación venden productos mediante las distintas tiendas de e-commerce cerca de 10 millones de personas y durante el 2011 se llevaron a cabo transacciones que alcanzaron 11.500 millones de pesos argentinos, una cifra que supera a lo hecho en 2010 en casi un 50%. Un porcentaje de estos procesos de compra-venta online están vinculados con artículos robados. En el año 2006 le robaron el teléfono celular que usaba Barbara Bush, la hija del ex mandatario estadounidense George W.Bush, mientras visitaba Buenos Aires. Este móvil fue puesto a la venta en la web Mercado Libre, pero el aviso lo removieron casi que inmediatamente. Hace unos meses atrás, un adolescente vendía en la red social Facebook una motocicleta en 2.000 pesos que era solicitada por robo, la cual pudo ser localizada por unos detectives que se encargaron de hacerse pasar por compradores. El chico lo dejaron en libertad por ser menor de edad.
Realmente los compradores deben tener mucho cuidado con lo que adquieren y no dejarse llevar por el precio (si parece muy barato) ya que muchas veces el producto puede tener una procedencia dudosa, evitando colaborar con redes de criminales que existen en la red y trafican con cualquier cosa a la que le puedan sacar provecho económico.