A fada do mármore

 

Possivelmente poucos têm notícias de que Sócrates, o filósofo grego, era também escultor.

De um modo geral, todos o conhecem como o mestre de Platão. O precursor das idéias cristãs.

Mas ele era também um escultor muito bom.

Um dia, ele recebeu um pedido da prefeitura de Atenas para esculpir em mármore a estátua de uma fada, que deveria ser colocada em um bosque, próximo de uma fonte.

Sócrates aceitou a encomenda. Tratou logo de providenciar um bloco de mármore branco e se pôs a trabalhar.

Durante algum tempo ficou olhando para o imenso bloco branco. Mentalizou, idealizou intensamente a estátua e,  então, colocou mãos a obra.

Empunhou o martelo e foi desbastando a pedra. Lascas enormes voavam para um e outro lado da sua oficina.

Mais tarde, ele largou o martelo e os outros instrumentos pesados, rústicos, e empunhou ferramentas mais leves como o cinzel.

Para o acabamento da estátua serviu-se de uma pedra esmeril, com muita delicadeza.

Finalmente, a estátua ficou pronta para admiração do povo.

Era a figura de uma jovem esbelta, como os antigos concebiam as divindades dos bosques e das águas. Seu aspecto era tão leve que ela parecia flutuar no ar. E, no entanto, era toda de mármore.

Ante os elogios do povo, Sócrates explicou que ele verdadeiramente não esculpira a estátua.

Quando olhara o bloco de mármore, ele vira que a ninfa das águas estava pronta, dentro dela.

O que fiz, dizia, foi simplesmente retirar o excesso de pedra que a cobria e descobri-la para os olhos de todos.

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Assim também é no ser humano. A maioria das pessoas somente vê o material, o corpo físico. E por essa aparência adjetiva a criatura como feia, bonita, simpática, antipática, etc.

Poucos podem ver o invisível, a alma do ser que carrega aquele corpo.

E a alma, para se revelar em toda a sua grandeza, necessita passar por um processo semelhante ao do mármore.

É assim que temos o martelo da dor, retirando as arestas, o cinzel da disciplina e a pedra esmeril do tempo trabalhando juntos, a fim de que o Espírito mostre toda a sua beleza e seu potencial.

É por isso que se torna importante o homem entender o porquê da dor, da disciplina, a sabedoria do tempo para que ele se mostre na sua totalidade: a estátua de beleza e leveza, esplendorosa, oculta sob a capa da matéria bruta.

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Jesus, enquanto na Terra, Se permitiu ver por três dos Seus apóstolos em toda a sua beleza espiritual.

O episódio se deu no Monte Tabor, no fenômeno conhecido como Transfiguração e teve como testemunhas oculares, Pedro, Tiago e João.

Autor:

Redação do Momento Espírita, com base no cap. A ninfa oculta no bloco de mármore, do livro Porque sofremos, de Huberto Rohden, ed. Martin Claret.

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Bom dia, boa tarde e boa noite!

Almejo para este dia muita luz, fortalecimento e

Saude a você e aos que lhe cercam!

Beijos 1000!

Eliscamsil

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El mármol de hadas

 

Es posible que unos pocos tienen noticia de que Sócrates, el filósofo griego, también fue un escultor.

En general, todo el mundo lo conoce como el maestro de Platón. El precursor de las ideas cristianas.

Pero también era un gran escultor.

Un día recibió una solicitud de la ciudad de Atenas para esculpir una estatua de mármol de un hada, que debe ser colocado en un bosque, cerca de una fuente.

Sócrates aceptó la orden. De inmediato proporcionar un bloque de mármol blanco y se puso a trabajar.

Desde hace algún tiempo miró el bloque blanco enorme. Mentalizou, muy idealizada de la estatua y luego poner manos a la obra.

Ejerció el martillo y fue socavando la piedra. Enormes astillas volaban a cada lado de la tienda.

Más tarde, se le cayó el martillo y otras herramientas de rústica pesado, y más ligero como herramientas manejado el cincel.

Para terminar la estatua se sirvió un molino de piedra, muy suavemente.

Por último, la estatua estaba listo para la admiración del pueblo.

Era una foto de un joven delgado, como los antiguos concibieron las deidades de los bosques y las aguas. Su aspecto era tan ligero que parecía flotar en el aire. Y, sin embargo, el conjunto era de mármol.

Ante los elogios de la gente, Sócrates explicó que él verdaderamente no esculpió la estatua.

Cuando miró el bloque de mármol, vio que la ninfa de agua estaba listo dentro de ella.

Lo que hice, dijo, era simplemente para eliminar el exceso de la piedra que lo cubría y me pareció que los ojos de todos.

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Es por lo tanto también en seres humanos. La mayoría de la gente sólo ve el material, el cuerpo físico. Y esta criatura aspecto adjetivo tan feo, hermoso, agradable, desagradable, etc.

Muy pocos pueden ver lo invisible, el alma del ser que lleva ese cuerpo.

Y el alma, para revelarse en toda su grandeza, es necesario pasar por un proceso similar al mármol.

Así pues, tenemos el martillo del dolor mediante la eliminación de los bordes, el cincel y la piedra de moler la disciplina de su tiempo trabajando juntos con el fin de que el Espíritu mostrar toda su belleza y su potencial.

Es por eso que es importante entender por qué el hombre del dolor, la disciplina, la sabiduría del tiempo para que pueda mostrar en su totalidad: la estatua de la belleza y la luminosidad espléndida, oculta bajo la cubierta de la materia prima.

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Jesús en la tierra, si se le permite ver a tres de sus apóstoles en toda su belleza espiritual.

El episodio tuvo lugar en el Monte Tabor, el fenómeno conocido como la Transfiguración y fue un testigo presencial, Pedro, Santiago y Juan

Autor:

Momento Espírita, basado en la tapa. La ninfa oculta en el bloque de mármol, el libro sufrido a causa de Hubert Rohden, ed. Martin Claret.

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Buenos días, buenas tardes y buenas noches!

Mi objetivo para este día brillante, el fortalecimiento y la

Salud para ti y quienes te rodean!

1000 besos!