3/6/2012
No me
miren, por favor
Lejos de ser simple
timidez, el miedo a
ser juzgado puede afectar gravemente
la vida de una persona
Por Lila Bendersky | Para LA NACION Domingo 03 de junio de 2012 |
Publicado en edición impresa
Foto: Marc van der Aa by
v.p.com
Llega tarde o no asiste a una fiesta porque está
convencido de que va a hacer un papelón. Rechaza un ascenso en el trabajo ya que
ese puesto implica dirigir a un pequeño grupo. Frente a cualquier situación
social, el qué dirán lo domina en demasía. Quien padece estos síntomas sufre de
Trastorno de ansiedad social (TAS), una patología que afecta a más del diez por
ciento de la población mundial y es propia de individuos que experimentan un
temor excesivo a ser evaluados o juzgados negativamente por los demás. Producto
de este miedo irracional, adoptan conductas que, a mediano o largo plazo, se
tornan disfuncionales.
El doctor Alfredo H. Cía, presidente de la
Asociación de Psiquiatras Argentinos y vicepresidente de la Asociación
Psiquiátrica de América Latina (APAL), explica: 'Aunque es una de las patologías
sociales más frecuentes, muchos no saben que la tienen. Suele confundirse con la
timidez. Piensan que con el tiempo se soluciona sola, pero lamentablemente esto
no sucede. Cuando la timidez tiene repercusiones que van restringiendo la vida
(impide continuar los estudios o relacionarse socialmente), ya no estamos
hablando de una persona tímida sino de alguien que padece Fobia social.' Su
colega Alicia Portela, médica psiquiatra del Hospital Borda, agrega: 'Si no se
las trata a tiempo, estas dificultades se van haciendo crónicas y el individuo
termina teniendo una vida empobrecida en relación con sus expectativas. Incluso
puede llegar a deprimirse.'
El punto de partida de esta enfermedad es la
adolescencia. Los especialistas coinciden en que en esta etapa los jóvenes
empiezan a socializarse. Cuando esto se les dificulta, comienzan a tener
conductas de evitación. 'La Fobia social acompaña al sujeto desde su juventud.
Hay un ciclo casi vicioso en relación con la autoestima, ya que ésta depende
mucho de la supuesta opinión que van a tener los demás. Digo supuesta porque el
fóbico social se maneja mucho con la fantasía', puntualiza Daniel Bogiaizian,
presidente de la Asociación Argentina de Trastornos por Ansiedad y director de
la Asociación Ayuda. Por ende, es muy común que la persona que padece TAS tienda
a evitar situaciones que lo perturban. 'Son los reyes de las excusas. Desde que
tuvieron un problema familiar hasta organizar un viaje para escaparse de una
reunión a la que fueron invitados. En el ámbito laboral, rechazan ascensos ya
que no pueden tratar con alguien de autoridad porque se ponen muy nerviosos, ni
pueden impartir órdenes al personal', agrega Bogiaizian.
Los tres entrevistados señalan que, a través de la
psicoterapia, los pacientes logran resultados satisfactorios. Generalmente, se
trabaja de manera individual y grupal.
Más información. info@asociacionayuda.org
¿QUE HACER?
• Realizar ejercicios de respiración, ya que las
personas con TAS tienden a hiperventilar.
• Manejar y controlar la respiración al hablar.
• Mirar al público.
• Refocalizar la atención en el discurso y no
perderse en el ejercicio hostil de ver qué piensan los demás.
• Hacer un listado gradual de las situaciones que
lo atemorizan.
• Ir exponiéndose de a poco a cada una de ellas.
• Asistir a grupos terapéuticos orientados a
solucionar este problema.
• Consultar a un especialista.
Fuente:
LNR
vidapositiva.com
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