El otro ofendido,
sin nada que decir,
escribió en la
arena:
HOY MI MEJOR
AMIGO
ME PEGÓ UNA
BOFETADA
EN EL ROSTRO.
Siguieron adelante
y llegaron a un oasis
donde
resolvieron bañarse.
El que había sido
abofeteado y
lastimado comenzó a
ahogarse,
siendo salvado por
el amigo.
Al recuperarse tomó
un estilete y
escribió en una
piedra:
HOY MI MEJOR AMIGO
ME SALVÓ LA VIDA.
Intrigado el amigo
preguntó: ¿Por qué
después que te
lastimé, escribiste en la arena
y ahora escribes en
una piedra ?
Sonriendo, el otro
amigo respondió:
'Cuando un gran
amigo nos ofende, deberemos
escribir en la
arena donde el viento del olvido y
el perdón se
encargarán de borrarlo y apagarlo,
por otro lado,
cuando nos pase algo grandioso,
deberemos grabarlo
en la piedra de la memoria
del corazón donde
viento ninguno en todo el mundo