Sus padres lideraron el pedido en el Congreso para que se sancione la ley d emuerte digna. Ayer los médicos dejaron de retirarle los soportes que la mantenían viva y la pequeña de tres años falleció
Luego de que la ley fuera publicada en el Boletín Oficial, el 24 de mayo último, los padres mantuvieron reuniones con los directores del Centro Gallego donde se encontraba internada para solicitar que se aplicara el derecho a una muerte digna.
El lunes último firmaron un documento que ratificaba su voluntad de que se le retirara el soporte vital a su hija. También de que no se le practicaran más terapias invasivas ni maniobras de resucitación.
Tras los días que se tomaron los facultativos para analizar nuevamente el caso, les informaron a los padres que el procedimiento médico se haría ayer por la mañana. Ante ello, sus padres Selva y Carlos decidieron no estar presentes ayer por la mañana pero sí autorizaron a un amigo de la familia.
Ayer, a las 10, Camila, la niña de tres años que desde que nació vivió en estado vegetativo, fue desconectada del respirador que la mantenía con vida y murió dos horas y cuarto después, en el Centro Gallego.
Cabe recordar que la pequeña sufrió severas secuelas después de nacer, a causa de una mala praxis. La falta de oxígeno derivó en un paro cardiorrespiratorio y después de 20 minutos de reanimación logró sobrevivir, pero el daño fue tan grande que entró en un estado vegetativo permanente, según informa un matutino.
Frente a esa situación, tres comités de bioética se pronunciaron sobre el caso y afirmaron que su estado es irreversible, pero los médicos no podían desconectarla porque, ante la ausencia de una ley, tal acto se consideraría homicidio. Fue por ello que las madres fueron al Congreso y “pelearon” por la ley de muerte digna y finalmente los legisladores atendieron el reclamo de este caso y de varias otras familias en igual situación.
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