Rechaza que la maldad
sea innata y otorga esta cualidad al altruismo. Elsa Punset defiende la bondad
del ser humano porque la experimenta en primera persona. Le gusta ayudar por el
placer de ayudar. Y no es la única. Un estudio reciente, abanderado por esta
escritora y filósofa, confirma que la mayoría de las personas 'sentimos y somos
capaces de ponernos en la piel de los demás'. Somos empáticos en origen. El
estudio es la base de la campaña SOMOS, apoyada por las ONG más representativas
del país y la Asociación Española de Fundraising para promocionar la cultura de
la solidaridad. La iniciativa coincide con la publicación del último libro de
Elsa Punset ('Una mochila para el universo. 21 rutas para vivir con nuestras
emociones', Ediciones Destino), donde desvela las claves para entender el poder
de las personas. 'He tardado mucho en escribirlo y ha quedado muy grueso, pero
lo que más me importaba era ayudar', reconoce. • Ha liderado
un estudio para confirmar la Teoría de la Solidaridad, ¿en qué consiste esta
teoría?
El estudio se inició con un cuestionario en torno a una
hipótesis: 'sentimos y somos capaces de ponernos en la piel de los demás'.
Tenemos una tendencia moral al altruismo y las preguntas que hicimos en el
estudio confirman esta hipótesis. Nacemos con la capacidad de querer ayudar a
los demás, aunque la recompensa no sea evidente. El altruismo es innato en los
seres humanos y también es aprendido, por lo que podemos potenciarlo o ahogarlo.
• ¿Somos altruistas por empatía con quienes sufren?
Como especie tenemos mucho éxito. Desde 1950, hemos pasado de
poco más de 2.000 millones de personas a casi 7.000 millones. Uno de los
factores que más ha influido es la capacidad de ponernos en el lugar de los
demás, es decir, la empatía. La evolución ha favorecido que seamos altruistas,
aunque también estamos programados para preservarnos a nosotros mismos.
• ¿Ayudar a los demás genera felicidad?
Compartir tiempo con los demás, ocuparse de otros, no solo da
felicidad, sino que es bueno para la salud. Muchas investigaciones relacionan
altruismo con efectos beneficiosos sobre la salud. Hay una fuerte correlación
entre bienestar, felicidad, salud y longevidad. Ayudar a los demás tiene
recompensa.
• En España hay unos tres millones de socios que colaboran con
ONG. ¿Podemos pensar que son más felices?
Los estudios confirman que, tanto si tenemos más bienes
materiales, como si nuestras experiencias son más vivenciales, el subidón de
felicidad que sentimos es muy alto. La diferencia es que, tras una experiencia
material, regresamos antes al nivel inicial de felicidad, mientras que tras una
experiencia emocional, el nivel de felicidad sigue más alto durante más tiempo.
Las personas que colaboran con ONG priman las relaciones frente a la acumulación
de bienes.
• El dinero no siempre da la felicidad.
Si las personas no tienen cubiertas sus necesidades básicas, el
dinero influye mucho en la felicidad. En una escala de la felicidad, la gente
sin hogar de Calculta alcanza un 2,9 sobre 7, mientras que un multimillonario
norteamericano llega a un 5,8. Pero un inuit de Groenlandia y un masai de África
son tan felices como los ciudadanos acomodados de Estados Unidos. Una vez que la
persona no está en 'modo supervivencia', el dinero influye mucho menos que el
amor en su escala de felicidad. De hecho, nuestros ingresos se han incrementado
vertiginosamente en los países desarrollados, pero los niveles de felicidad se
parecen todavía mucho a los anteriores a la Segunda Guerra Mundial.
• ¿Ser solidario es motivo de orgullo?
Una de cada tres personas se sienten orgullosas cuando ayudan y
solo un 14% se siente igual al hacerlo, que si no lo hace. Pero la naturaleza,
en general, no fomenta ningún comportamiento sin recompensa.
• De hecho, como homenaje a los socios, varias ONG se han unido
en la campaña SOMOS. ¿Qué supone este reconocimiento?
Las ONG pretenden explicar el valor de la solidaridad, recordar
el poder constructivo de cada persona y lo que pueden hacer para incrementar su
bienestar individual y social. Esta es una campaña de educación y reconocimiento
social. Los estudios confirman que el reconocimiento es un aliciente para ayudar
a los demás. Somos seres muy sociales y nos importa que nos reconozcan el
esfuerzo. Donar tiempo y dinero implica una pérdida de comodidad y las personas
aprecian la gratitud. Por ello, las ONG querían mostrar ese sentimiento a sus
donantes.
• Su último libro se titula 'Una mochila para el universo. 21
rutas para vivir con nuestras emociones'. ¿Alguna de estas rutas lleva a la
solidaridad?
¿Nos ayuda su libro a abrirnos al mundo?
El libro es muy cómodo de leer. He mantenido un tono muy
cercano, con muy poca teoría, para compartir conocimientos con palabras
sencillas. El título hace referencia a una técnica muy útil que permite utilizar
la capacidad del cerebro para simbolizar las cosas. Cuando tenemos un problema
al que no sabemos cómo enfrentarnos, podemos meterlo en una mochila y dársela al
universo.
• Apenas un 11% de la población española contribuye de manera
regular con las ONG...
En la segunda parte del estudio, formulamos una serie de
preguntas en torno a este tema. Comprobamos que el 84% de los encuestados se
interesa por el sufrimiento de los demás e intenta actuar. La pregunta es: si
estamos dotados para ser altruistas, ¿por qué no lo somos siempre?
• ¿Por qué?
Hay tres grandes razones. Primero, para que se active la
capacidad de sentir por los demás, tenemos que prestar atención, pero la
sociedad se dedica a distraernos con todo y la falta de tiempo es un enorme
impedimento. En segundo lugar, la denominada 'difusión de la responsabilidad'
dificulta nuestra capacidad de conectar al pensar que 'otro lo hará por mí'. Una
tercera razón clásica argumenta que la inmensa mayoría de las personas amamos y
ayudamos, pero solo dentro del clan, es decir, tendemos a ayudar a aquellos que
percibimos como similares.
• ¿Afecta también la crisis? ¿Cómo se pueden activar, o como
mínimo mantener, las donaciones económicas de los ciudadanos?
Cada persona sabe hasta qué punto puede colaborar, ¿pero acaso
el dinero es lo único que cuenta? Yo creo que no. Empecemos a ver la ayuda de
una forma mucho más amplia. La ayuda no es solo dar un poco de dinero todos los
años, sino dar a los demás lo que necesitan, desde una actitud constructiva
hasta fomentar un proyecto específico o donar tiempo. Esta es una oportunidad de
crecer, de cambiar la forma de ayudar. Es una ocasión maravillosa para que la
gente que no puede donar dinero se pregunte qué otras cosas puede donar. A mí se
me ocurren mil. Es muy importante recordar que, en tiempos de crisis, en los que
estamos viendo que los gobiernos no son la panacea, es fundamental despertar la
capacidad de las personas para ayudar de forma activa. Nos necesitamos y cada
día nos vamos a necesitar más porque somos muchos.
• Afirma que saber valorar lo que tenemos es fundamental para
desarrollar una existencia en positivo. ¿Saber compartir provoca el mismo
resultado?
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