A una nueva comunidad llega un nuevo hermano, toma
agua, se asea y pregunta al más viejecito de la Comunidad, que se encuentra en
un rincón de la vieja iglesia:
-¿Que clase de hermanos hay aquí?
El anciano le pregunta:
-¿Qué clase de hermanos había en el lugar de donde
tu vienes?
-'Oh, un grupo de egoístas, sin disciplina, y
desordenados -replicó el recién llegado- estoy encantado de haberme ido de
allí'.
A lo cual el anciano comentó:
-Lo mismo habrás de encontrar aquí.
Ese mismo día otro hermano llegó también a este
destino y viendo al anciano le saludó y le preguntó:
-¿Qué clase de hermanos viven en esta comunidad?
El anciano respondió con la misma pregunta:
-¿Qué clase de hermanos viven en el lugar de donde
tu vienes?
-'Un magnífico grupo de personas, honestas,
amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlos dejado.'
-'Lo mismo encontraras tu aquí', respondió el
anciano.
Un tercer hermano que había escuchado ambas
conversaciones le preguntó al viejo:
-¿Cómo es posible dar dos respuestas tan diferentes
a la misma pregunta?
A lo cuál el viejo contestó: