La ejecución del presupuesto nacional durante el primer cuatrimestre del año confirma que la "sintonía fina" que prometió la presidenta Cristina Kirchner al iniciar su segundo mandato quedó por ahora en esa frase. Las cifras revelan que el gasto público, si bien se ejecuta a un ritmo más contenido que en años anteriores, sigue creciendo a una velocidad superior al de los ingresos y que no hubo rebajas ni eliminación de subsidios en energía y transporte, sino subas en esos rubros.
Así lo revela el último informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) sobre la ejecución presupuestaria de la Administración Pública Nacional, que muestra que en los primeros cuatro meses del año los ingresos totales recaudados ($ 142.400 millones) fueron un 25,1% mayores que en igual período de 2011, mientras que los gastos primarios devengados (momento en que se genera la obligación) totalizaron 126.077 millones, 30,3% más que un año atrás.
La oposición alertó que si el Gobierno no corrige estos desajustes y apela a la emisión monetaria para cubrir el bache financiero -posibilidad que tiene habilitada por la última reforma que impuso a la Carta Orgánica del Banco Central-, no hará otra cosa que alimentar la inflación y contraer aún más la economía. "En lugar de ordenar el gasto, el Gobierno decidió ajustarlo acotando las transferencias a las provincias y paralizando la obra pública -explicó Alfonso Prat-Gay, jefe del bloque de la Coalición Cívica y ex presidente del Banco Central-. Así, el Gobierno evita hacerse cargo del ajuste, se lo traslada a los gobernadores y, como esto no alcanza, buscará tapar los baches con más emisión."
"El Gobierno logró una ley para fondearse de reservas del Banco Central, y esto es muy peligroso en un escenario de recesión con alta inflación -agregó, por su parte, el radical Oscar Aguad-. El problema no es el gasto público, es que la Presidenta hace una pésima asignación de ese gasto sin imponerle prioridades ni eliminando aquellas erogaciones innecesarias e improductivas."
Cuando asumió su segundo mandato, la Presidenta insinuó que intentaría evitar que el gasto derrapara y que bajaría los millones que el Tesoro vuelca en subsidiar las tarifas de los servicios de gas, agua y electricidad, apuntando, sobre todo, a los usuarios de mayores ingresos. Sin embargo, esa política quedó a mitad de camino; si bien el recorte se aplicó en algunos barrios, no abarcó todos los que contemplaba el plan original. Tampoco se recortó la ayuda estatal al transporte ferroviario y automotor.
Según ASAP, el programa Formulación y Ejecución de Políticas del Transporte Automotor no sólo no disminuye, sino que, por el contrario, su ejecución es superior a la esperada para tan corto período. Esa partida ya consumió $ 3988 millones, casi el doble que lo gastado un año atrás, cifra que representa el 43,5% de los gastos asignados. El transporte aéreo -léase Aerolíneas Argentinas y Austral- no se queda atrás. Formulación y Ejecución de Políticas de Transporte Aerocomercial ejecutó, al finalizar abril, un total de $ 1072 millones, esto es, el 43,1% de los créditos asignados y un 62% más que hace un año. La factura en subsidios al transporte llegó a 6557,3 millones, el 54% más que en el primer cuatrimestre de 2011. En cuanto a los subsidios energéticos, en el primer cuatrimestre, todo el sector ejecutó un 23% contra el 20,6% que había ejecutado en igual lapso de 2011. La cuenta llega a 9811,6 millones, 17% más que en igual período de 2011.
"Es necesaria una revisión integral para evitar que beneficien a los sectores de mayor capacidad económica, como sucede hoy. Los subsidios deben orientar al proceso de crecimiento económico y la inversión", enfatizó el diputado Claudio Lozano (FAP). Para su colega Julián Obiglio, "está visto que el Gobierno mantendrá igual su política de subsidios en lugar de hacerlos más eficientes. El riesgo es que, con un escenario de recaudación en baja y de alto gasto, el agujero fiscal lo pague la emisión monetaria". Con él coincidió Aguad: "El creciente gasto público trae como riesgo que sea financiado con más emisión monetaria, que trae más inflación y recesión".