Si existe un día en el año que representa la identidad juvenil, ese es el 21 de septiembre. La llegada de la primavera en la Argentina no pasa desapercibida. Es una jornada cuya banda de sonido se compone de risas, cantos y conversaciones que los adolescentes reproducen en parques y plazas como escenario de festejo.
Además, el 21 de septiembre es feriado en las escuelas primarias y secundarias con motivo de la celebración del Día del Estudiante. La elección de esta fecha coincide por obra de la casualidad con el comienzo de la primavera, ya que el motivo de su elección se debe a la repatriación de los restos Domingo Faustino Sarmiento, ícono de la enseñanza pública en el país.
Una de las grandes preguntas que se plantean en torno al comienzo de la primavera es, ¿por qué sólo esta estación es protagonista de la celebración? La respuesta bien podría ser, la alegría ante la llegada del clima cálido, el florecer de la naturaleza y las virtudes que implica una temperatura más favorable para la realización de actividades. Pero, aunque estas razones son tan válidas como ciertas, el origen de esta festividad encuentra su causa en la mitología griega.
Cuenta la leyenda que Démeter, diosa de la naturaleza y esposa de Zeuz, dio a luz a una niña de nombre Perséfone y cuándo alcanzó la juventud, Hades, el Dios de las Tinieblas sucumbió ante su belleza. Contra su voluntad, la llevó con él a un mundo subterráneo. Su madre abandonó el Olimpo y comenzó una búsqueda desesperada para rescatar a su hija de las manos del mal.
A partir de la retirada de Démeter del Olimpo, las repercusiones sobre la tierra fueron el nacimiento del invierno. Por primera vez el planeta conocía el frío y la desolación. Ante la angustia de haber perdido a su hija, Zeuz también decidió intervenir y finalmente, logró llegar a un acuerdo con Hades.
Perséfone, permanecería la mitad del año con su captor y con el fin del invierno y el comienzo de la primavera, regresaría junto a sus padres. La leyenda reza que el inicio de las altas temperaturas es el símbolo del reencuentro, la esperanza, la unión, el fortalecimiento de los vínculos humanos y el amor en su máxima expresión.
Cada lugar en el mundo evoca estos sentimientos ante la llegada de la primavera, que en el lenguaje universal, es “la estación del amor”. Por ello, es un período en el año en la cual los amigos, las parejas, las familias, los abuelos, hombres, mujeres y niños buscan sanas excusas para reunirse, celebrar, reforzar o revalorizar todo vínculo humano.
En la Argentina, el inicio de la primavera provoca de forma espontánea la reunión en espacios verdes, públicos y bares, cafés y restaurantes como escenario de la unión. . Ya nadie quiere quedarse puertas adentro y así la amistad, el amor y el compañerismo toman la calle. Y aunque el 21 de septiembre sea una fecha celebrada mayoritariamente, por los niños y jóvenes, todos los argentinos festejan y recuerdan gratamente aquellas memorias de juventud en el que la rutina se tomaba una tregua a través de sus interminables pic nics en el parque, guitarreadas en la plaza o una mateada a la orilla del río.
Además de estas clásicas opciones, hoy Buenos Aires cuenta con una serie de actividades de índole gratuita para chicos y para grandes, con el fin de celebrar la llegada de la estación más querida.-
Por Eugenia Plano | www.vidapositiva.com | Argentina
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