Anoche tuve un sueño. Soñé que mi cuerpo cansado al lecho se entregaba, y entre dormida y despierta vi un ángel intergaláctico (celestial) llegar a mí.
Mientras muda y tiesa me quedaba ese ángel me envolvió con su dulce energía y sus caricias. De su corazón, llamas ardientes desprendía, como una hoguera cálida y crepitante.
Con su hipnótico mirar a mi lecho se acercó. Con dulces y suaves caricias, manos de satén... y besos de querubín... me acarició!
Desprendió tanto cariño dulzura y amor, que curó mi dolor.
Con los ojos cerrados permanecí tuve miedo que un simple movimiento apartase de mí esa mirada y ese encantamiento... lejos de mí.
Anoche fui agraciada con las caricias de un ángel!