Los corearon alrededor de 300 personas que desafiaron a la lluvia cada vez más persistente que caía sobre A Coruña y, sin apenas tirar de paraguas, resistieron estoicamente para elevar sus reclamaciones.
Estaban secundando la primera movilización ciudadana de una plataforma que hace diez años, tras el hundimiento del petrolero en noviembre de 2002 y la marea negra de 64.000 toneladas de chapapote, sacó a la calle a millones de personas, y que ha resurgido con motivo del inicio del juicio.
El acto era reivindicativo, pero no faltó el ingrediente lúdico que siempre caracterizó a 'Nunca Máis'. La llegada de un albatros teñido de negro simulando a las aves marinas que perdieron la vida al verse impregnadas de chapapote en los meses posteriores al Prestige puso un toque de color. Los cantos, bocinas y consignas críticas hicieron lo demás para caldear el ambiente.
Uno de los portavoces del colectivo, Xurxo Souto, leyó un comunicado en nombre de todos los presentes denunciando la "desprotección del litoral gallego" diez años después de la mayor catástrofe medioambienta de España, que tiñó de fuel desde la frontera con Portugal hasta el sur de Francia y reclamando a las Autoridades gallegas y estatales "soluciones". Reconocen que se han dado avances en seguridad marítima y "hoy se dispone de más medios", pero que fueron "gracias a la presión de los gallegos".
Todo ello mientras sus compañeros vitoreaban críticas como "Incompetencia total" o "Por la Justicia y la dignidad, no a la impunidad" y hacían claras alusiones al actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en tanto que portavoz del Gobierno de José María Aznar durante la catástrofe.
Banquillo para los responsables políticos
Los concentrados exigieron mayores responsabilidades políticas por la catástrofe medioambiental, al entender que en el banquillo de los acusados no se encuentran los "verdaderos responsables" de la gestión del accidente marítimo.
El portavoz de Justicia de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados, Gaspar Llamazares, se acercó hasta la movilización y llegó a entrar como público a la sala de vistas. Su partido, personado como acusación particular en la causa, no tuvo miedo en poner nombre a esos responsables políticos: "Rajoy, Cañete o Cascos", en alusión a los que eran portavoz, ministro de Agricultura y Pesca y ministro de Fomento (respectivamente) del Gobierno estatal en aquel entonces. A Álvarez Cascos le reprochó que se fuese de caza durante la marea negra