Lo que crees que deseas no suele ser lo que realmente deseas. La mayoría de las veces, lo que crees que quieres no es más que un indicio, una insinuación, un indicador que apunta a lo que realmente deseas.

Cada uno de los propósitos que llevas en tu interior tiene dentro de si, innumerables maneras de ser expresado. No tienes por qué abandonar un determinado propósito sólo porque una o dos de las muchas posibles formas de expresarlo no hayan funcionado.

Cuando sientas que deseas algo, desafíate a descubrir el deseo más profundo que está detrás, ese que es el responsable de aquél. Pregúntate por qué, y sé absolutamente honesto con tu respuesta.

Si lo que persigues son antojos superficiales y pasajeros, te estás predisponiendo a experimentar decepciones, incluso aun alcanzando aquello que te propongas. Por el contrario, tómate el tiempo para comprender tus deseos más profundos, y descubrirás innumerables maneras de encontrar valor verdadero y perdurable, pleno de sentido.

Cuanto más profundamente puedas conectar con un deseo, más opciones tendrás de llevarlo a cabo. Cuando tus deseos conscientes se alinean con el verdadero propósito que yace dentro de ti, descubes la manera de hacerlos realidad.

Si hay algo que deseas, pregunta por qué, una y otra vez hasta descubrir un propósito tan auténtico que no pueda ser ignorado. Y cuando lo hagas, verás también que tu deseo ya habrá empezado a convertirse en realidad.

                                                                   Gabriel Sandler