El principio del horno microondas fue descubierto en 1946 por P. Spencer. Este invento fue accidental.
Spencer estaba investigando sobre radares de altas frecuencias y llevaba consigo una barra de chocolate.
En un momento quiso comérsela y notó que estaba completamente fundida. Ante este hecho extraño decidió dejar unos granos de maíz junto al generador de altas frecuencias y al cabo de un rato se habían transformado en palomitas de maíz.
En 1947, salió al mercado el primer horno comercial de microondas. Estas primeras unidades eran grandes y aparatosas, de 1,60 m. de altura, 80 kg. de peso y un costo aproximado de US$ 5.000. Con el tiempo, se le dio múltiples usos comerciales al microondas, ya sea para la cocción o secado de productos. En 1975 los hornos microondas superaron en ventas el número de estufas de gas.