PRIMERA ESTACIÓN
Jesús condenado a muerte
V) Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi.
V) Te adoramos, Señor, y bendecimos.
R) Quia per sanctam Crucem tuam redemisti mundum.
R) Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.
¿Lo ves, alma cristiana? Está el inicuo juez sentado en el tribunal, y a sus pies el Hijo de Dios, Juez de vivos y muertos, lleno de confusión, las manos atadas como un fascineroso, oyendo la más ignominiosa sentencia.
¡Oh Jesús mío amantísimo! ¡Vos, Autor de la vida condenado a muerte!
¡Vos, la inocencia y santidad infinitas, condenado a morir en un infame patíbulo, como el más insigne malhechor!
¡Qué amor tan grande el vuestro, y qué ingratitud tan monstruosa la mía, pues os condeno de nuevo a la muerte cada día!
¿Y por qué? ¡Por un sucio deleite… por un mezquino interés … por un qué dirán!
Perdonadme dulcísimo Jesús mío; y por esa inícua sentencia, no permitáis que sea yo un día condenado a la muerte eterna, que merecerían mis pecados.
Padre nuestro, Ave María y Gloria Patri
Miserere nostri, Domine.
Ten, Señor, piedad de nosotros.
Miserere nostri.
Piedad, Señor, piedad.
Fidelium animae per misericordiam Dei requiescant in pace.
Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.
Amen.
Por mi, Señor, inclinas
El cuello a la sentencia;
Que a tanto la clemencia
Pudo llegar de Dios.
Oye el pregón, oh Madre,
Llevado por el viento
Y al doloroso acento
Ven del Amado en pos.
LLevemos, etc.
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