Sueños del otro mundo

Los sueños no son de este mundo (Variaciones de un desvarío). O al menos el misterio de los sueños no lo es (El poder en el mundo).

Al pensar en los sueños y también en quienes trataron de develar sus secretos, pienso en la memoria de la humanidad -Jung por poner un caso de recopilador de esa memoria (Implicaciones éticas de la memoria histórica)-, toda junta, que se ofrece cada noche hasta al más humilde de los seres humanos.

Un poco de eternidad para cada uno en cada sueño (Dios y el azar), algo que se le revela al individuo y que, si lo puede aprehender, como a veces ocurre, contribuye a la Gran Revelación (La Revelación de la Luna).

No sé si hay Dios detrás de nuestra carne perfecta, detrás de nuestro organismo puntual como un reloj suizo (Nada y Dios).

Pero al examinar los sueños percibo, como un flash, una ráfaga, la sombra de Alguien que nos piensa, que nos deja morir todas las noches para llenarnos de gloriosas creaciones, para que despertemos sabios un día de estos (Antígona y Sócrates o el precio de la sabiduría).

Los niños de ahora saben lo que es soñar y despertar; yo recuerdo mi infancia y la de mis hermanos y la de mis amigos como una vigilia muy larga o un sueño muy extenso. Todo tenía ese color y esa poesía que ya no encuentro cotidianamente, pero que sí encuentro en mi almohada.

También existía la pesadilla, que resultaba de una exasperación de los problemas diarios -una mala nota en el cuaderno-, y, a veces, de los monstruosos y maravillosos cuentos de hadas que devorábamos.

Una vez vi un enorme pájaro parado sobre un cable de la luz, en la calle.

De ese pájaro enorme comenzaron a volar pequeños pájaros.

Nunca podré saber si esto lo vi o lo soñé, pero puedo asegurar que yo todavía no había leído a Dante, ni a Borges explicándonos a Dante: tal era la infancia con sus imágenes mezcladas.

Ahora los niños cuentan sus sueños y no sé qué explicación se dan a sí mismos sobre ellos, pero no los incorporan a sus días.

Lola, que acaba de cumplir tres años, y aun bastante antes de que los cumpliera, se levanta, desayuna y entre bocado y bocado dice y cuenta, por ejemplo:

“soñé con vacas que andaban en moto y a caballo”.

Y lo interpreta como un sueño.

¿Pero qué es un sueño para una niñita?

Otra nena de mi familia, llamada Matilda, a quien le hablaron de hacer un viaje a Disneylandia, contestó:

“No quiero ir a Disney porque ir a Disney es cumplir mi sueño. Pero también tengo pesadillas, y no quiero que se cumplan”.

Una estrofa de Góngora

Góngora, que para mí soñó todas sus imágenes de pedrería, escribió en un momento en que estaba despierto el más sencillo de sus versos, el magnífico verso que habla de los sueños en el teatro de sombras y de viento:

“El sueño, autor de representaciones,

en su teatro sobre el viento armado

sombras suele vestir de bulto bello”.

Sueños proféticos

En esa sutilísima materia onírica no puede faltar la contaminación con alguna otra materia sutilísima que venga del futuro.

Por eso no es extraña la gran cantidad de sueños proféticos de que está hecha la historia.

Recojo en algunos sitios de Internet esta pequeña lista:

Siete sueños

1.-José, hijo de Jacob, tuvo un sueño en que el sol, la luna y once estrellas se arrodillaban ante él. José a partir del sueño fue elevado a lo más alto de la escala social de esa época, porque sus hermanos lo vendieron como esclavo a Egipto, pero allí se convirtió en el más poderoso funcionario de la nación luego de descifrar los sueños del faraón.

2.- El Faraón soñó que del Nilo subían siete vacas gordas y de bella presencia, que pastaban entre los juncos, y que después salieron siete vacas flacas y feas que se comieron a las primeras. El desciframiento del sueño llevó a saber que vendrían siete años de abundancia para Egipto y siete de miseria.

3.-La reina Olimpia soñó que alguien, posiblemente su marido, ponía en su vientre la efigie de un león. Era la madre de Alejandro el Grande, y el sueño hablaba de su valor y conquistas.

4.- El interpretador de sueños del mismo Alejandro el Grande, al soñar éste con un sátiro danzando sobre un escudo, vio en este sueño un juego de palabras: satyros (sátiro en Griego), podía ser tomado como sa Tyros, cuyo significado sería “El tiro es tuyo”. Alejandro siguió conquistando ciudades y pueblos.

5.- Un sol rojo se elevaba por encima de una columna, que se desplomó con un ruido de infiernos. Esto lo soñó María Antonieta, vaticinando la proximidad de la Revolución Francesa y la sangre que se derramaría.

6.- Un gato negro entró dos veces en los sueños de Napoléon Bonaparte, en los dos días anteriores a de Waterloo.

7.- El presidente de los Estados Unidos entró en sueños a un cuarto donde estaban velando al presidente de Estados Unidos, que había sido asesinado. Era Lincoln, y murió asesinado un día después.

Envio

Se diría que los sueños y las estrellas nos guiaron a este puerto donde hoy estamos, ¿no? ¡Me alegra tanto estar con ustedes, mis amigos del blog!

Mora

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