Ven, gatito mío, contra mi amoroso corazón; Reprime las garras de tu pata Y deja sumergirme dentro de tus bellos ojos, Mezcla de metal y ágata.
Cuando mis dedos acarician por momentos Tu cabeza y tu lomo elástico, Y mi mano se embriaga de placer Al tocar tu cuerpo eléctrico,
Veo el espíritu de mi amada. Su mirada, Como la tuya, amable bestia, Profunda y fría, corta y rasga como una lanza
Y, de los pies a la cabeza, Un dejo sutil, un perfume peligroso, Flota sobre su cuerpo marrón.
D.A.
|